El clan Ford amplía su presencia en la automotriz pese a las críticas

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Calvin Ford, de 29 años, sabía desde niño dónde terminaría trabajando cuando fuera adulto. Pero se tomó su tiempo para llegar allí.

Pasó sus primeros años después de la universidad en empleos en el este de Estados Unidos. Luego, su esposa consiguió un trabajo en Denver. Casualmente,Ford Motor Co. tenía una vacante allí.

Se postuló, pasó por el proceso normal de contratación de nuevos empleados en la sede de Ford en Dearborn, en el estado de Michigan, y desde enero de 2012 se ha desempeñado como gerente de ventas con base en Denver, trabajando con concesionarios de Idaho y Wyoming. «Siempre supe que si iba a trabajar a Ford, acabaría convirtiéndose en mi carrera», afirma Calvin Ford, un tataranieto del fundador de la automotriz.

Calvin Ford es uno de los siete descendientes de Henry Ford que trabajan en la empresa. La mayoría recién está empezando su carrera, pero el padre de Calvin ha pasado 39 años en la empresa y un primo, Bill Ford Jr., ha sido el presidente de la junta directiva desde 1999.

En momentos en que accionistas externos a la familia muestran señales de descontento con el control que mantienen los Ford mediante acciones con supervoto, más miembros que nunca están trabajando en la automotriz, según representantes de la compañía. Además, varios otros jóvenes de la familia Ford podrían unirse en los próximos años, dicen miembros del clan.

No obstante, es poco probable que un Ford dirija la compañía en un futuro cercano. El actual presidente ejecutivo,Alan Mulally, de 67 años, ha dicho que planea quedarse al menos hasta 2014. El año pasado, la empresa nombró a Mark Fields como director de operaciones, lo que lo convierte en el probable sucesor.

Una propuesta de accionistas este año que buscaba abolir las distintas clases de acciones recibió 33% de los votos, equivalente a un poco más de la mitad de las acciones con voto de inversionistas externos a la familia y el porcentaje más alto que haya obtenido una iniciativa similar en Ford.

«Creo que el valor [de mercado] sería más alto si fuera un voto por cada acción», opina John Chevedden, un accionista de 67 años que, junto a su padre, apoyó la propuesta para poner fin a los derechos de supervoto de los títulos Clase B.

La industria automotriz global está llena de dinastías familiares. Los descendientes de Giovanni Agnelli aún controlan la automotriz italiana Fiat SpA. Miembros de la familia Quandt tienen una participación importante en la alemana BMW AG. Asimismo, la familia Chung dirige Hyundai Motor Group en Corea del Sur y el presidente de la junta de Volkswagen AG, Ferdinand Piëch, es nieto de Ferdinand Porsche, fundador del fabricante alemán de autos de lujo que lleva su nombre.

En Ford, que cotiza en bolsa desde 1956, los descendientes del fundador mantienen el control efectivo mediante acciones con supervoto Clase B, que les otorga 40% de los sufragios.

Bill Ford Jr., de 56 años, asegura que los accionistas se benefician de la participación de la familia y ve como parte de su trabajo tratar de hacer que los miembros se involucren en las operaciones de la automotriz. Ford evitó solicitar la protección de la ley de bancarrota, como tuvieron que hacer sus rivales estadounidenses durante la crisis financiera de 2009, y sus acciones han subido 47% en el último año. «Saben que va a haber alguien allí en las buenas y en las malas que no va a tomar una cuantiosa indemnización e irse», afirma.

Agrega que los miembros de la familia ya no tienen un atajo para acceder a los puestos de liderazgo. Él y su primo, el miembro de la junta Edsel Ford II, son de la cuarta generación. Los miembros del clan que se incorporan a la empresa comienzan en empleos asalariados de relativo bajo nivel. Una vocera de la automotriz señaló que los Ford no están exentos del proceso de contratación estándar.

«No hay garantías para ninguno de ellos», afirma Bill Ford Jr.

En los primeros años de la empresa, la gerencia era un asunto familiar, pasando de Henry Ford a su hijo Edsel y, en 1945, al hijo de éste, Henry II, quien fue presidente ejecutivo hasta 1979. Desde entonces, una serie de personas externas dirigieron la compañía, excepto por casi cinco años entre 2001 y 2006, cuando Bill Ford Jr. asumió la presidencia ejecutiva tras el despido de su predecesor, Jacques Nasser. En 2006, en medio de grandes pérdidas, Ford cedió su cargo a Mulally, un ex ejecutivo de Boeing Co.

Bill Ford Jr. dice que no presiona a sus cuatro hijos para que se unan a la empresa familiar. Recuerda que cuando estaba por graduarse de la Universidad de Princeton, su padre, William Clay Ford Sr., le preguntó qué planeaba hacer después. El consejo de su padre fue: ingresa a la compañía sólo si la amas, y no esperes llegar a la cima.

Ahora, su hijo Will está por iniciar su último año en Princeton. Pero aún no han tenido esa conversación.