Lo que la Reserva Federal de EE.UU. no ve

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El futuro económico que prevé la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) olvida algunos signos preocupantes, dice Mohamed El-Erian; presidente ejecutivo y copresidente de inversiones de PIMCO, en un artículo publicado por Fortune. Hay algunas amenazas latentes, y entre ellos se encuentran el estancamiento político y la crisis europea, factores que pueden complicar los planes de Ben Bernanke.

«La semana pasada, el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, usó una simple analogía automotriz para transmitir lo que el Banco Central podría hacer en el futuro. En lugar de presionar los frenos, la Fed levantaría un poco el pie del acelerador y lo haría solo si las condiciones económicas se fortalecieran lo suficiente», recuerda.

Así, según El-Erian, al distinguir de esta manera entre los frenos y el acelerador, Bernanke esperaba expresar el apoyo continuo, pero adecuadamente adaptable de la Fed hacia la economía. Sin embargo, afirma, la distinción al parecer ha caído en oídos sordos.

Pero más allá de todos los discursos contradictorios de los bancos centrales, es importante notar -explica- que las primeras reacciones desordenadas a las declaraciones de Bernanke no se debieron a una falla del mundo exterior para distinguir entre los frenos y el acelerador. Sino que una gran parte de la falta de comunicación, sostiene, tiene que ver con diferentes puntos de vista sobre el camino por el que viaja el coche.

«La Fed proyecta una carretera que se está volviendo más suave y más fácil de recorrer. En consecuencia, prevé un aumento constante en el crecimiento económico, disminución del desempleo y una inflación tipo Ricitos de Oro (es decir, ni demasiado caliente ni demasiado fría)», destaca.

No obstante, El-Erian también advierte que la Fed reconoce, pero esencialmente descarta, los vientos perjudiciales en contra que pueden surgir de otra parte. Así, según el presidente ejecutivo de PIMCO, las previsiones de la Fed parecen demasiado optimistas «para algunos de nosotros».

Los otros factores…

En ese sentido, recuerda que desde la crisis financiera mundial de 2008, las proyecciones del Banco Central han sido constantemente decepcionantes, con resultados muy por debajo de las previsiones.

«Es difícil sentirse cómodo sobre la exactitud de la perspectiva optimista de la Fed, sobre todo si estás preocupado por la insuficiente demanda agregada, una respuesta insuficiente de la oferta, el efecto perjudicial del sobreendeudamiento excesivo o (como yo), por una combinación de los tres».

A esto, continúan, se suman otros factores, como los posibles baches políticos creados por el altamente polarizado Congreso estadounidense, su consistente incapacidad para reiterar respuestas políticas globales, y su inclinación ocasional hacia las heridas autoinfligidas.

Añade además los posibles vientos en contra desde Europa. ¿La razón? «La zona del euro no solo está en recesión, sino que un número creciente de países, encabezados por Chipre y Grecia, carecen de motores de crecimiento significativos. Es sólo cuestión de tiempo antes de que la reestructuración de la deuda y las preocupaciones por una salida resurjan en estos países», advierte.

Pero hay para todos. Es decir, también para las economía emergentes sobre las que observa una creciente incoherencia de las políticas en el caso de Brasil o los focos de excesos en China, «este importante bloque de países ya no es el motor confiable del crecimiento de la economía global», recalca.

Y ya para terminar, cita los factores realmente complejos -y vehementemente debatidos- cuestiones estructurales y permanentes que tienen que ver -dice- con la naturaleza cambiante de las ganancias de productividad, el impacto distributivo de las innovaciones significativas, y la evolución de las tendencias sociales.

«La cuestión no es si la economía de Estados Unidos seguirá sanando después del trauma del sistema financiero global. Sin duda lo hará, y lo hará de una manera mucho más impresionante que Europa. La pregunta es si esta curación es suficiente en las condiciones actuales para superar decididamente otras cuestiones difíciles, devolviendo así a la economía al punto en donde todos desean que esté», sostiene.

De ahí que para El-Erian quizás Bernanke y sus colegas no están realmente tan confiados en las perspectivas económicas, incluyendo el contexto externo. Así apunta a que esto puede explicar lo que motivó a las observaciones sobre el potencial estrechamiento de apoyo artificial monetario de la Fed.

Asi, concluye que, mientras ese escenario con vientos en contra se mantenga, «los comentarios acerca de quitar el pie del acelerador o presionar los frenos probablemente causarán episodios adicionales de ansiedad en el mercado, no importa cuán justificados y necesarios sean tales ajustes de política, desde una perspectiva a más largo plazo».