Malos hábitos que te impiden ser un gran líder

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¿Crees que eres un buen líder? ¿Tus colaboradores te consideran un buen líder? Las dudas te invaden, ¿no es cierto? Estás dudando de tu capacidad de liderazgo. Sabes, muy en el fondo, que las cosas no marchan tal como tú pretendes. Sin embargo, no sabes qué cambiar para convertirte en un gran líder. Vamos, no te rompas más la cabeza, quizás uno de estos hábitos rutinarios está evitando que consigas tu objetivo:

  1. Sueles aislarte

¿Recuerdas cuando te designaron como jefe? Lo primero que pediste fue una oficina lo más alejada posible de tus colaboradores (si era en otro piso mejor). ¡Craso error! El alejarte de tus colaboradores y agruparte solo con los gerentes de la empresa arroja más problemas que beneficios. Los empleados quieren a un jefe visible, no uno que únicamente aparece durante los aniversarios de la organización. Aléjate de tu oficina, toma una silla y conviértete en un colaborador más.

  1. Asumes directrices demasiado rígidas

Tú haces que tus colaboradores se amolden a tus directrices, mas no amoldas tus directrices a lo que desean tus colaboradores. Así no se puede trabajar. Una empresa o un área de negocio es como una pequeña república, las decisiones que se toman deben ser las más consensuadas posibles. Ser líder no significa imponer, sino más bien persuadir y orientar.

  1. Te enfocas en tareas insignificantes

Eres el jefe, ya no puedes seguir perdiendo el tiempo en detalles. Confía en tu gente, ellos son capaces de subsanar esos pequeños detalles que tanto te estresan. La labor principal de un líder es pensar, la simple acción de pensar. Por supuesto que cuando hablamos de “pensar” no nos referimos a analizar las pequeñas cosas que involucran el trabajo diario, sino el cómo se logrará el objetivo final.

  1. Das excusas todo el tiempo

Es muy fácil culpar a un colaborador. Pero bien sabes que ahí no está la solución al problema. Solo estás posponiendo su resolución. Nada más. Ya dejaste de ser el practicante que ingresó a la empresa. Ahora eres un jefe con aspiraciones de líder. Y los líderes nunca dan excusas, dan soluciones. ¿Estás brindando soluciones ahora?

  1. Trabajas demasiado duro

¿Y acaso eso no es bueno? No. Te recuerdo por millonésima vez: ¡Ya eres jefe! Tu trabajo es racionalizar los recursos disponibles para obtener la mayor productividad posible. Y dentro de esos recursos disponibles se encuentra tu propio tiempo. ¿Acaso no te das cuenta que estás sacrificando tu vida privada por el trabajo? Si es así, no eres un buen administrador y, por ende, un mal líder. Es tiempo de un cambio.

 

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Fuente: http://www.inspirulina.com/