Cómo pasar de derrochador a inversionista

Un lector en Minneapolis tiene un problema demasiado común. A pesar de tener un empleo en el rubro de ventas de autos de lujo desde hace ocho años, tiene problemas para ahorrar dinero.

Por supuesto, participa en el plan de jubilación de su empleador, pero fuera de eso, vive junto a su esposa y su hija adolescente «sueldo a sueldo», escribe. No viven «una vida de lujo» y está «bastante obsesionado» con controlar sus gastos.

«Pensé en hablar con un asesor financiero», dice, «pero todos parecen interesado en mi portafolio más que en ayudarme con mis necesidades mensuales, que supongo que son menores para ellos».

Todo lo que necesita, afirma, es alguien que lo ayude a hacer un presupuesto, establecer un plan de pagos para algunas cuentas atrasadas, y separar dinero todos los meses sin falta. En otras palabras, necesita pasar de ser un gastador a un ahorrista a, en última instancia, un inversionista.

Todos nosotros estamos en algún punto de este ciclo: los gastadores a la izquierda, los ahorristas en el medio, y los «creadores de riqueza», o inversionistas, a la derecha, dice Michael Chadwick, asesor financiero que vive en el estado de Connecticut, y a quien le pedí que comentara sobre la situación de este lector. «Y, en resumen, este hombre está demasiado a la izquierda», dice. «Lo que queremos es correrlo hacia la derecha».

Como muchos estadounidenses, sufre de lo que Chadwick llama «síndrome de la chequera», o gastar lo que gana o un poco más, sin importar cuánto gana. Este puede llevar a la gente a la conclusión errónea de que, si ganan un poco más, no tendrán problemas.

Su primer tarea debería ser comenzar a «llevar cuenta» de sus ingresos y gastos, dice Chadwick. Puede pagarle a un asesor por hora o por mes para que lo ayude con este tema, o puede hacerlos él mismo con lápiz y papel, una hora de cálculo Excel, o una herramienta de finanzas personales en línea como mint.com.

Una vez que tiene control sobre su flujo de efectivo, puede delinear un presupuesto y comenzar a controlar su gasto.

Muchas personas evitan a propósito este paso, afirma Chadwick, como un médico que conoce y cuyo cuadro de gasto mostró que 56% de sus egresos iban destinados a gastos no categorizados. «No use ‘otros’ como una categoría», les aconseja el especialista a sus clientes.

Y no se olvide de presupuestar fondos para ahorros (separe este dinero desde el principio) y algo para pagar las deudas que lo atormenten.

Luego, aconseja Chadwick, «automatice todo». Es más probable que se mantenga fiel al plan si el dinero entra y sale de forma electrónica.

Para la porción de ahorros, comience depositando automáticamente una suma fija todos los meses en, por ejemplo, una cuenta a plazo fijo, o algo que le garantice no perder dinero y que no tenga una tarjeta de débito, sugiere.

Cuando sus ingresos suban (si obtiene un aumento) o sus gastos bajen (terminó de pagar el préstamo), destine el dinero extra a sus ahorros.

Una vez que haya acumulado suficientes activos para un fondo de emergencia (se suele recomendar tres a seis meses de gastos normales) y esté bien lejos del infierno de los gastadores, puede comenzar a invertir dinero extra para metas de largo plazo como su jubilación. Aquí es cuando su dinero comienza a ganar dinero.

Es un proceso, y quizás deba darse tiempo a sí mismo, quizás años, en especial si, como el vendedor de autos de Minneapolis, no desarrolló buenos hábitos con el dinero cuando crecía. «Nadie se tomó el tiempo de enseñarme cómo ahorrar», escribe. «Nunca tuve una base, ya que mi padre se ocupada de las finanzas y nunca pasó tiempo conmigo para enseñarme estas cosas».

Sin dudas, 60% de los estadounidenses que sienten que sus padres hicieron un buen trabajo en enseñarles sobre el dinero tienen opiniones significativamente más altas de su propio conocimiento financiero que sus pares, según la Encuesta Padres, Hijos y Dinero 2014 de T. Rowe Price Group. Pero eso no significa que el otro 40% no pueda aprender.

Chadwick sostiene que creció «sin dinero» en un hogar donde le decían todo el tiempo que no tenían dinero para comprar cosas. Hace 20 años comenzó a ahorrar US$100 por mes en un fondo de inversión. Le llevó 10 años graduarse como inversionistas, dice, «pero si puedes vivir una década de disciplina, cambiará tu vida para siempre».

Fuente:

Cómo pasar de derrochador a inversionista

http://lat.wsj.com