Cuando se trata de definir la palabra “inteligencia” son muchas las acepciones que se pueden encontrar al respecto. Mientras unas teorías se inclinan por definirla como un instrumento de adaptación, por ejemplo, según Piaget; hay otros que señalan que se refiere a cualidades formales como la memoria, la percepción, la atención y el intelecto –como define Binet- y que se caracteriza por comprensión, invención, dirección y censura.
Claro que existen distintos tipos de inteligencia, de acuerdo con Howard Gardner, por ejemplo, que se pueden manejar dependiendo de las distintas habilidades y relacionamientos que tenga un persona con su entorno. Pero sea cual sea la definición con la que usted coincida, lo cierto es que cuando se habla de alguien “inteligente” se hace referencia a unas capacidades intelectuales, de solucionar problema, razonar y tener vastos conocimientos en alguna materia.
Pero no solamente se trata de cuánto conocimiento pueda almacenar y aplicar una persona pues, según unas investigaciones científicas y sicológicas, aspectos como las creencias personales y el aspecto físico también pueden dar algunas claves sobre el nivel de inteligencia de las personas.
Y aunque puede ser muy relativo, hay algunas investigaciones que apoyan que las siguientes señales o hábitos, identifican a una persona que es más inteligente que el promedio, según Business Insider, Sparkonit y Listverse:
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