Atraídos por tasas de interés más altas y crecimiento económico en medio de una titubeante recuperación en Estados Unidos y Europa, inversores extranjeros están apostando por los grandes productores de materias primas de la región. Los flujos de dólares están impulsando a las divisas locales y afectando a los exportadores.
El banco central de Perú ha intervenido con agresividad este año comprando casi 6.000 millones de dólares para absorber el exceso de liquidez. En tanto, el ministro de Finanzas peruano dijo la semana pasada que compraría 500 millones de dólares en los mercados de divisas hacia fin de año para atenuar su moneda, el sol, que se encuentra en máximos de dos años.
Brasil llamó a una subasta el martes para comprar dólares en el mercado al contado en un intento por impulsar sus reservas y reducir la volatilidad en las divisas.
Los presidentes de Chile y Colombia han mostrado preocupación respecto a los fuertes avances en las monedas de sus países. Pero una intervención verbal posiblemente no será suficiente. «Creo que los bancos centrales seguirán interviniendo fuertemente. Los que aun no lo han hecho, lo harán. Eso supone Colombia y Chile», dijo Flavia Cattan-Naslausky, estratega de RBS Securities.
«El problema con la intervención es que el ambiente internacional está aun muy frágil», agregó.
Las autoridades podrían optar por comprar dólares para apuntalar las reservas internacionales, impuestos a las importaciones u ofrecer incentivos a los exportadores para ayudarlos a contrarrestar la apreciación de sus monedas locales. También podrían aumentar los requisitos de depósitos para ayudar a reducir la oferta de dinero, o elevar la tasa de interés interbancaria a un día en préstamos en dólares. Analistas dicen que Chile posiblemente postergará la tasa en la que va a repatriar cientos de millones de dólares para ayudar a financiar la reconstrucción tras el devastador terremoto de febrero.
¿Ciclo de alza de tasas se desaceleraría?
Chile se sumó a un ciclo regional de alza de tasas encabezado por Perú y Brasil tras mantener su tasa clave en un mínimo histórico para ayudar a la recuperación de la economía del sismo y la crisis mundial. Aunque mantener bajo control a las monedas podría desacelerar el ritmo de futuras alzas en la región.
«Con la intervención en el mercado de divisas comprando dólares se inyectan pesos en el sistema (a través de bonos) y eso eventualmente genera presiones inflacionarias», dijo Alfredo Coutiño, director de Moody’s para América Latina. «No veo un futuro para un continuo ciclo de alza (de tasas) en América Latina», agregó, señalando que la intervención posiblemente desaceleraría el ritmo de aumentos en las tasas de interés.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo el jueves que usaría todas las herramientas macroeconómicas para mantener competitivo al peso chileno, pero tras un breve retroceso la moneda local siguió subiendo a máximos de cerca de 7 meses. El mismo día, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se reunió con el banco central para discutir la fortaleza del peso del país, el que ha subido en torno a un 10 por ciento frente al dólar en lo que va del año.
El banco central de Perú ha buscado este año reducir el capital especulativo elevando los requisitos de depósitos en préstamos en dólares desde cuentas bancarias locales y del extranjero denominadas en el billete estadounidense. Pese a la fuerte intervención, el sol peruano ha subido casi un 3 por ciento en lo que va del año a cerca de 2,8 soles por dólar, y el mercado lo ve apreciándose en otro 1 a 2 por ciento para fines de año.
En el vecino Chile, los inversores esperan que el Banco Central compre dólares si el peso, que ha trepado más de un 3 por ciento sólo en agosto, se fortalece más a cerca de 480 pesos por dólar. El peso acumula un alza de un 1 por ciento en lo que va del año, cuando hasta mediados de año sumaba una depreciación mayor al 7 por ciento.
Durante el auge de los precios de las materias primas del 2008 que llevó a la moneda chilena a los 430 pesos por dólar, el banco central comenzó a comprar dólares en el mercado local para aumentar sus reservas y la moneda se depreció fuertemente para fines de año. Luego repuntó más de un 26 por ciento en el 2009.
Los exportadores del país sienten el alza del peso y quieren acción de parte de las autoridades. La rápida apreciación del real brasileño, en tanto, también ha golpeado a los exportadores. Pero los operadores continúan probando el nivel de 1,75 unidades por dólar, incluso después de voces desde el gobierno que apoyan un real más débil.
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