Asocolflores le pidió al gobierno hace unos días que estableciera un tipo de cambio diferencial para algunas exportaciones. De inmediato les contestaron con un no rotundo. La razón es simple y clara. Ese tipo de regímenes complicados son difíciles y costosos de administrar y se prestan para hacer arbitrajes y trampas que desordenan el sistema cambiario. “Sería un gran retroceso en el manejo cambiario”, dijo sobre la propuesta el entonces ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga.
Si bien esa solución es tremendamente desacertada, los empresarios que andan muy preocupados con la revaluación, siguen interesados en encontrar alguna solución. El peso se ha apreciado en los últimos doce meses 11,85%.
El presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas dijo el miércoles que las encuestas de su agremiación muestran que la revaluación ha ganado importancia como problema para los industriales. “Me parece que hoy la tasa de cambio está tocando los límites más bajos permitidos por el buen funcionamiento futuro de la economía colombiana. A mi me parece que sí hay que hacer un llamado urgente, que le haría al Presidente Santos en esta Asamblea Anual de la Andi, al Banco de la República como responsable cambiario, al Ministro de Hacienda como responsable de las finanzas del Estado y a todo el equipo económico, que tiene que ver con las políticas de competitividad del sector privado para que analicemos ese tema de la tasa de cambio en serio”, dijo.
El jueves en la tarde se reúnen el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry y la dirección del Banco de la República para estudiar el tema en detalle.
Pero ¿qué es lo que se debe hacer?
Herramientas nuevas
El Banco de la República ha ensayado casi todo. Ha intervenido en el mercado de dólares de manera discrecional, ha usado reglas internas de intervención, ha comprado montos grandes y montos pequeños de dólares. Hasta ahora, solo ha tenido algún resultado la intervención con montos pequeños anunciados, pero no hay nada contundente.
Ni siquiera las persecuciones deliberadas de los corredores que especulan contra el Banco de la República. No ha servido tratar de engañarlos o intentar quitarles su caja en dólares. Incluso esa última estrategia ha tenido unos resultados malos y completamente inesperados.
La semana pasada en una citación en el Congreso, el gerente del Banco, José Darío Uribe reveló un caso desconocido en este sentido. Algún día hace un poco más de dos años, la gerencia le impartió la instrucción a la mesa de divisas del Banco de comprar todos los dólares que hubiera en el mercado. Ese día se compraron algo más de US$700 millones y el Banrepública se convirtió en el único comprador. Lo que ocurrió, en lugar de que se secara el mercado, es que aumentó su tamaño. La operación atrajo más dólares.
Frente a esos fracasos, vale la pena pensar en dos instrumentos que no se han usado hasta ahora. El primero es el de intervenir en el mercado de forwards, una opción que se ha empleado con éxito en otros países. Si el Banco compra dólares para entrega futura, subiría el precio en pesos de esa divisa al plazo que los estén demandando.
La otra herramienta que no ha usado el Banco es la de emitir títulos propios para control monetario. La última reforma financiera le permitió al República sacar papeles diferentes de los TES para reducir la cantidad de dinero en circulación.
Estos papeles pueden ser muy útiles porque hasta ahora, el banco central ha subordinado su política de intervención en el mercado cambiario a las metas de política monetaria. Solo interviene – es decir saca pesos a circulación para comprar dólares – si puede esterilizar los pesos de la intervención. Hoy esto quiere decir, volverlos a sacar de circulación vendiendo TES.
El problema está en que no se pueden hacer grandes emisiones de TES porque baja el retorno de esos papeles innecesariamente. Con un arsenal de nuevos títulos que tengan un nombre y unas características diferentes a los de la deuda pública, se podría ser más agresivo en la esterilización.
Es casi seguro que estas herramientas se utilizarán en lo que queda del año.
Otras propuestas
“Colombia tiene que acostumbrarse a un peso fuerte pero un peso fuerte que permita la diversidad productiva y la diversidad exportadora. No un peso fuerte cuya fortaleza se derive única y exclusivamente de la energía y de la minería”, sostuvo Luis Carlos Villegas en la Asamblea de la Andi.
Dijo que los empresarios han hecho varias cosas para contrarrestar el efecto de la revaluación. Han usado mecanismos de cobertura, han conseguido aumentos de productividad, han buscado nuevos mercados, incrementaron las importaciones de materias primas, redujeron sus exportaciones para vender en el mercado local y en ocasiones han prepagado deudas. “Eso es lo está en sus manos”, añadió.
Propuso entonces varias medidas adicionales a la usual de que el Banco de la República compre dólares.
Un paquete de ellas se mueven en torno a reducir los costos de producción de las empresas. La primera, quizás la más viable en el corto plazo, es la de reducir los aranceles a las importaciones de materia prima y bienes de capital. “Estamos listos para hablar de eso y de una gran reforma arancelaria que baje costos”, señaló.
Otra, es la de reducir la sobretasa de 20% que tienen las industrias en sus tarifas de energía para bajar los costos de producción. Y otra más, la de reducir las tarifas de impuestos. “En el 2011 o 2012, bajar las tarifas de renta”, propuso.
Otro paquete de propuestas se mueve en torno de la organización del mercado cambiario. Una de ellas es que las monetizaciones de dólares del gobierno y de Ecopetrol las haga exclusivamente el Banco de la República, sin entrar en el mercado cambiario. “¿Ayudará eso a evitar la volatilidad de la tasa de cambio? Yo no tengo la respuesta. Sólo pongo el tema sobre la mesa”, dijo
Propuso además encarecer el endeudamiento en dólares y limitar la entrada de capitales de corto plazo a la bolsa de valores. “¿Será el momento como ha sucedido en otros países de hacer que esos capitales se demoren más en la economía colombiana? ¿Un año por ejemplo?”, se preguntó Villegas.
Señaló además que las regalías se podrían usar para prepagar deuda o para ahorrar y habló finalmente de los socorridos subsidios directos a sectores afectados por la revaluación.
Con una mezcla de todas estas herramientas, es posible que el país contenga un poco la revaluación del peso, pero más importante, puede establecer las condiciones para competir con un peso fortalecido.
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