Pero esto es tan solo «en teoría». En la práctica, el cálculo de la tasa de usura y más concretamente la forma como se calcula el IBC por parte de la SFC se ha venido utilizando en Colombia para controlar el precio de los créditos.
El efecto de ese control ha probado ser -dice Asobancaria en su último análisis-, el contrario del que se busca, pues la oferta efectiva de crédito formal para estratos de menores ingresos es inferior a la que resultaría de responder dicha tasa a las fuerzas del mercado.
Esta situación induce la búsqueda de recursos por parte de estos segmentos poblacionales en los mercados informales, donde las tasas de interés en promedio llegan a superar hasta el 200% al año.
Dice Asobancaria que en Colombia algunos analistas apoyan la existencia de la tasa de usura, con base en argumentos tales como que con ello se protege a los prestatarios de los abusos de los prestamistas.
Desafortunadamente, cuando ese instrumento se utiliza para controlar los precios, amplios sectores de la sociedad terminan excluidos del acceso al crédito del sector formal y deben recurrir a mercados clandestinos.
«Una tasa de i usura desalineada con la resultante de las fuerzas del mercado, limita la oferta de créditos de bajo monto, en razón de que la generación de dichos créditos tiene gastos fijos proporcionalmente más elevados, menores garantías y mayores primas de riesgo de créditos de mayor valor. Si las tasas impuestas resultan inferiores a esos costos, el prestatario restringe la oferta de crédito», dice la entidad.
Fuente:
Banca critica existencia de la tasa de usura