La pregunta clave que se hacen los empresarios en estos momentos de `efervescencia y calor` en materia financiera, luego de que el país económico lograra la tripleta de calificaciones de riesgo de las tres empresas que las asignan Standard & Poor`s, Moody`s y por último Fitch, es qué sucederá ahora en los mercados nacional e internacional y de qué sirve estar bien calificado por estas todopoderosas compañías de alcance global.
La respuesta es simplona y puede sonar menos compleja de lo que en verdad significa que el país tenga grado de inversión de las tres firmas por primera vez en la historia. En realidad, es un espaldarazo internacional al manejo económico que viene haciendo la administración Santos y que es una lógica consecuencia de la confianza inversionista que se emprendió durante el gobierno anterior. No obstante, es con este Ejecutivo que más se ha trabajado en el plano externo para que Colombia sea bien calificada. De lejos, este es el mayor logro económico del primer año de Santos al frente de la Casa de Nariño.
Ahora, el verdadero reto de la junta directiva del Banco de la República, presidida por el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, es mantener el control del precio del dólar. Está claro que desde que Standard & Poor`s otorgó el grado de inversión el 16 de marzo de 2011, el dólar ha perdido 5,94%, por lo que se espera que esta tendencia bajista se impulse con el tercer grado de inversión que se recibió ayer. Los objetivos de las autoridades económicas se deben centrar en buscar medidas estructurales para mejorar la competitividad del país, con el fin de que la devaluación del dólar deje de ser un problema para los empresarios exportadores, y que estén listos para competir a través de productos de alta calidad y con un mayor valor agregado. Está demostrado por ejemplos de otros países que herramientas como el control de capitales son solo adecuadas para mantener el precio de la divisa, por lo que se deben buscar medidas más certeras para que el sector exportador nacional deje de ser tan sensible a la volatilidad del dólar.
Hay que esperar tres o cuatro semanas para ver cómo actuará sobre la economía doméstica la calificación a grado de inversión basada en el historial de políticas económicas prudentes de las últimas administraciones. Lo que sí es cierto es que la agenda impulsada por el Congreso y los ministros del ramo está promoviendo credibilidad en las finanzas públicas. Ahora sólo falta esperar en la jornada de hoy que se de a conocer el dato del crecimiento económico del primer trimestre, que seguramente será muy bueno y ayudará a pintar un panorama bastante optimista del futuro inmediato.
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