Cuando en marzo de este año Colombia volvió al grado de inversión por primera vez en más de una década, entró en el grupo de países de la región que tenían la misma nota, al igual que Brasil y Perú.
Es más, desde junio de este año ostentaba el grado BBB- que dan Standard & Poor’s (S&P) y Fitch, al igual que sus vecinos peruanos y brasileros.
Pero en días pasados S&P y Fitch hicieron sus revisiones al alza a la deuda de largo plazo para Brasil y Perú tras unos dos años de tenerlas estables, con lo que Colombia volvió a quedar rezagada en este tema frente a esas economías.
Fitch mejoró de BBB- a BBB el grado de inversión en Perú el pasado 10 de noviembre, por la continuidad de las políticas macroeconómicas de este país y los cambios en la contribución fiscal que hace el sector minero, realizados bajo la administración del presidente Ollanta Humala.
Lo propio hizo S&P al subir el pasado 17 de noviembre el grado de inversión de Brasil a BBB por el compromiso de la administración de Dilma Rousseff en el cumplimiento de las metas fiscales, ampliando así la posibilidad de usar las herramientas de política monetaria para influenciar la economía doméstica. Y si bien Colombia anda ‘estrenando’ grado de inversión, esta situación podría traer varias consecuencias para el país.
Por un lado, la inversión extranjera sería mayor para vecinos con mejor perspectiva; por el otro, en caso que pase algo inusitado que haga revisar a la baja las notas de inversión, el país estaría a sólo un escalón de volver al grado especulativo.
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