A pesar de esto, la solución del arrendamiento no siempre se puede considerar como «la panacea» y es que el pago de las mensualidades tampoco es ajeno a los tiempos de crisis actuales.
En algunas ocasiones, el valor a pagar por tener una casa arrendada se convierte en una importante suma, difícil de asumir para las economías domésticas, y es por esto, por lo que llega un momento en el que es necesario negociar con el propietario una posible rebaja.
Aunque esto pudiera parecer una verdadera «misión imposible», hay que destacar que tiene beneficios para las dos partes. El arrendador consigue así mantener la casa con inquilinos confiables y se asegura el ingreso derivado, al igual que el arrendatario se ahorra las molestias de la mudanza, el tiempo de buscar otra casa y el dinero que eso costaría.
Por este motivo, existen una serie de consejos o argumentos que hay que tener en cuenta a la hora de empezar la negociación.
Conocer el contrato de alquiler
Antes de hablar con el propietario, hay que revisar todos los aspectos del contrato de alquiler. Es importante conocer los derechos y obligaciones que se tienen, con qué índice de precios se elaboró o cuándo rescinde.
Conocer la oferta de la zona
Hay que conocer los precios de las propiedades similares que se arriendan cerca. Conviene hacer una lista de todas las viviendas que se hayan visto en alquiler en la misma zona, con precios más bajos y las mismas características, y mostrársela al propietario.
Conocer la demanda de la zona
Hay viviendas que se arriendan al mercado, mientras que otras tardan meses en alquilarse. El hecho de saber que hay poca demanda en la zona, beneficia en el momento de la negociación, ya que el dueño de la vivienda tendría más dificultad para encontrar un nuevo inquilino
Saber los intereses del propietario
Las circunstancias particulares de los propietarios, su situación económica o el número de viviendas de las que dispone en alquiler son factores que influirán en la negociación.
Tener preparada una alternativa
Es conveniente haber visitado algún inmueble de la misma zona, conocer sus características y haberse informado de las condiciones de pago.
Citar al propietario en su vivienda
Se crea un ambiente cercano y se podrá demostrar el buen estado en el que se mantiene la vivienda.
Hablar con respeto y educación
Es bueno tener las ideas claras. Si se está dispuesto a abandonar la vivienda en el caso de que no se rebaje el precio, hay que decirlo de modo sutil. No conviene perder los papeles, hay que evitar las subidas de tono y razonar todos los argumentos.
Proponer otras opciones
Si no se consigue la rebaja, se puede pedir al casero que pague parte del recibo de la luz, del agua o que cambie electrodomésticos antiguos.
Tenga en cuenta los aspectos que se deben evitar
A menudo, no saber encauzar el asunto por el camino adecuado puede tener consecuencias perjudiciales para ambas partes y provocar la ruptura de la negociación. Algunas actitudes que se han de evitar si se quiere tener éxito y llegar a un acuerdo son las siguientes: deducir las intenciones del interlocutor, culpabilizar a la otra parte de la situación. pues esta actitud solo provoca una actitud defensiva y de ataque. También englobar personas y problemas en un mismo concepto, ya que cada negociador no debe atacarse mutuamente, y no ser objetivo.
La opinión
Eduardo Molet
Consultor inmobiliario y fundador de Red Expertos Inmobiliarios (REI)
«Para negociar un alquiler con éxito, es prioritario conocer a fondo el contrato y las características de la zona, los intereses y necesidades del propietario, además de tener preparada una alternativa».