Atenas. El sorpresivo anuncio del primer ministro griego, George Papandreou, de convocar a un referendo sobre el nuevo rescate para Grecia desencadenó el martes veladas amenazas de Alemania y nuevas turbulencias en los mercados financieros globales.
Algunos políticos europeos afirmaron que Atenas está intentando dejar el acuerdo de rescate acordado apenas la semana pasada y han expresado su preocupación por las consecuencias que esto podría tener en toda la zona euro.
Un veterano parlamentario alemán sugirió que la eurozona podría tener que dejar a Atenas a la deriva, cortando sus líneas de ayuda y permitiendo a la nación helena que suspenda los pagos de su deuda.
Otros se vieron sorprendidos por el giro de Papandreou respecto al segundo paquete de ayuda de US$177.659 millones para la problemática economía griega, que ha desatado la furia entre la población del país por el precio que se ven obligados a pagar: más austeridad.
Algunos políticos también pidieron prudencia mientras no se conozca la pregunta exacta que se someterá a consulta al pueblo griego. Autoridades de la UE dijeron que aún no se había notificado oficialmente el referendo.
La reacción de Alemania, que financia gran parte de los rescates de la Unión Europea para Grecia, fue de una apenas disimulada furia.
Un líder de la coalición de centroderecha de la canciller alemana Angela Merkel dijo que estaba «irritado» por el anuncio de Papandreou y que la zona euro tendrá que considerar cortar el flujo de dinero que ha mantenido a flote a Grecia en el último año.
«Esto me suena como alguien que trata de zafarse de lo que acordó (…) una acción extraña», dijo Rainer Bruederle, el líder parlamentario de los Demócratas Liberales.
«Uno solo puede hacer una cosa: organizar los preparativos para la eventualidad de que se produzca una insolvencia estatal en Grecia y si no cumple los acuerdos, entonces habremos alcanzado el punto donde el dinero ya no será entregado», sostuvo Bruederle.
Huída de inversionistas
Los mercados financieros, que habían reaccionado positivamente al acuerdo de la zona euro sobre un nuevo paquete de rescate para Grecia, tomaron la decisión de Papandreou como una bomba. Los inversores corrieron hacia inversiones más seguras, golpeando a las acciones y al euro.
«El riesgo es que un ‘no’ de los griegos puede hacer descarrillar por completo los esfuerzos de rescate», dijo un operador de bolsa con sede en París.
Las acciones europeas caían cerca de un 3 por ciento y el índice bursátil mundial MSCI retrocedía un 1,7%, debido no solo a la posibilidad de una quiebra en Grecia sino también por el caos que rodearía los intentos de la eurozona por evitar que la crisis se extienda a economías más importantes como Italia.
En los mercados de divisas, el euro caía más de un uno por ciento frente al dólar y el yen, mientras los inversores reducían la exposición a la moneda común.
«El referéndum griego es una verdadero cambio de juego. Nadie lo vio venir y supone una gran cantidad de incertidumbre», dijo Steven Saywell, jefe de estrategia cambiaria de BNP Paribas.
Los alemanes en las calles de Berlín expresaron su desesperación con el proyecto del euro.
«Lo único que entiendo es que los griegos siguen causándonos problemas. Estaríamos mejor sin el euro», dijo el vendedor Bert Kuehn.
Algunos políticos llamaron a la cautela hasta que se conozcan más detalles sobre la propuesta griega.
«Si Grecia vota ‘no’ significará una crisis política», dijo el secretario de Estado español para la Unión Europea, Diego López Garrido.
«Por el momento debemos ser prudentes y esperar a ver qué dice Papandreou en la sesión plenaria del Parlamento para explicar el alcance exacto de su propuesta», dijo el funcionario a una radio española.
Papandreou, cuyo gobernante Partido Socialista ha sufrido varias deserciones al impulsar olas de medidas de austeridad, dijo que necesita un apoyo más amplio para las reformas fiscales y estructurales exigidas por los prestamistas internacionales.
Casi el 60% de los griegos considera que el acuerdo de la UE, alcanzado el jueves, es negativo o probablemente negativo, mostró una encuesta publicada el sábado.
La renovada incertidumbre probablemente será una vergüenza para los líderes del G-20, que se reunirán esta semana en Francia para tratar de convencer a China de que provea una cuerda de salvataje a la zona euro.
«Si hubiera un referéndum, se puede concluir razonablemente que las medidas de austeridad podrían ser rechazadas. Podríamos concluir que ésto haría caer el castillo de naipes», dijo Howard Wheeldon, estratega senior de BGC Partners en Londres.
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