Para que una startup alcance el éxito necesita recorrer varias etapas y medir su rendimiento en cada una de ellas.
Lectores, ¿cómo están? Espero que con ganas de seguir con sus emprendimientos y aprendiendo al leer mi columna. En uno de mis articulos hablé sobre la convicción que debes tener como emprendedor para encaminarte a una vida empresarial emocionante y motivadora, sin incluso importarte el fracaso.
En esta ocasión, hablaré de las etapas que debe seguir una startup para crecer ordenadamente y no morir en el intento sin saber siquiera qué fue: si un asesinato de la competencia, un suicidio por mala ejecución, deshidratación por mala administración de los recursos o la peor de todas, ahogado en una idea que nadie quiere.
Para crecer ordenadamente es esencial primero contar con un punto de partida: saber de dónde vienes y a dónde vas; y cómo medirte con las métricas clave para determinar tu crecimiento. La carrera del emprendimiento no se trata de quién llega primero, sino de quién llega inteligentemente, consciente de sus pasos y con mejor condición física a la meta. Claro, si puedes llegar primero ¡qué mejor!, pero combinar las dos es demasiado difícil.
Antes de arrancar con las etapas que debe seguir tu nuevo negocio o startup, presento la siguiente reflexión que aprendí al correr maratones: ¿Quieres ser un enano con paso acelerado de caminata olímpica o un gigante que va lento pero con la zancada larga? Al final, los dos llegarán a la meta, pero el gigante disfrutó de la carrera, aprendió en el camino y llegó motivado para correr la siguiente. El enano acelerado se tropezó dos o tres veces, perdió sus tenis en el camino y se destrozó las rodillas llegando a la meta deshidratado y al borde del suicido, donde su competencia lo tiene en la mira perfecta para asesinarlo. ¿Qué prefieres?
Ahora, no podrás medir todo al principio; tienes que medirte en el orden correcto y por etapas. Para esto identifica en qué etapa te encuentras para saber cuál es la métrica primordial en ese momento que eventualmente cambiará por otra, y luego por otra, y así sucesivamente hasta que llegas a tu destino.
Los planes de negocios son para banqueros. En cambio, los modelos de negocios son para emprendedores. En una startup, tu modelo de negocios (con una prueba real de tu mercado meta o de que tus hipótesis son algo precisas) es más importante que un plan de negocios o el cómo lo vas a hacer y con quién.
Decidir qué negocio quieres desarrollar y cómo lo vas a hacer es fácil. Lo complicado es medir en qué etapa estás y cómo avanzar. Saber que estás desarrollando el producto completo y que no perderás tu tiempo en el intento. Aquí es donde los emprendedores mienten a sí mismos. Normalmente tratan de convencerse que están más avanzados de lo que realmente está su proyecto.
Cada nuevo negocio o startup pasa por diferentes etapas; empezando por descubrir un problema, después construir una solución, identificar si lo que construyeron es lo suficientemente bueno, después comunicar la existencia de tu producto al público y finalmente recolectar dinero y crecer.
Estas etapas son:
a) Empatía. Asegúrate de que estás resolviendo un problema común y de que puedes construir una solución al problema.
b) Pegajosidad. Contar con un producto al que la gente regresa frecuentemente y te deja dinero por usarse. Es momento de medirte cualitativamente.
c) Viralidad. Ya que cuentas con un producto pegajoso, busca la publicidad de boca en boca: tu mejor recomendación.
d) Ingresos. Maximiza y optimiza tu negocio para incrementar la rentabilidad. Ahora sí, enfócate en los ingresos y en cómo extraer mayor valor de tus clientes. Es momento de medirte cuantitativamente.
e) Escala y crecimiento. Con ingresos recurrentes y sostenibles, ahora debes crecer tu mercado. Necesitas crecer tu negocio en otros lugares y diferentes industrias. Esto no significa que dejas de aprender. Mantén la mejora continua a través del análisis y aprendizaje de tus métricas accionables.
Fuente: