Por: Marcela Villamil Kiewu
La diferencia entre las tasas de los bonos del gobierno a un año en pesos y en UVR al finalizar el mes de enero fue de 3,43%. El indicador aumentó 0,24%, un aumento importante, con respecto al nivel en el que cerró en diciembre (3,19%). Esto quiere decir que para este mes, los grandes inversionistas esperan que los precios de la canasta familiar continúen en aumento.
En ese mismo sentido, a largo plazo las expectativas de inflación a cinco y diez años aumentaron considerablemente. A cinco años -la línea naranja de la gráfica- las expectativas pasaron de 4,28% el último día de diciembre a 4,84% al finalizar el mes de enero. A diez años -la línea azul- ascendieron de 4,36% a 4,64% en ese mismo periodo.
Según el informe de expectativas de inflación, del grupo de investigaciones de Interbolsa, se ha profundizado el reflejo de las presiones sobre los precios en el mercado de bonos de deuda pública debido a la incertidumbre sobre las presiones alcistas en los precios de los alimentos. “Tales presiones derivan de dos situaciones: los efectos de la ola invernal y los aumentos del precio de los internacionales de los productos básicos agrícolas, que han alcanzado niveles superiores a los registrados en 2008”, dice el documento.
Por un lado, el IDEAM ratificó que el fenómeno de La Niña tiene una probabilidad importante de extenderse hasta junio. Y por el otro, el anuncio de la FAO acerca de los precios de los alimentos que tienen alta correlación con el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor en el país.
El dato de expectativas de inflación de corto plazo, es consecuente con el reportado por la encuesta hecha por el Banco de la República entre 45 analistas financieros de diferentes entidades del país. El resultado es que para enero, el promedio espera que la inflación mensual se ubique en 0,88%, con una estimación máxima de 1,20% y una mínima de 0,52%. Esto significa una inflación acumulada de los últimos 12 meses hasta enero de 3,57%.
El método para calcular expectativas de inflación (break even inflation) a uno, cinco y diez años, resulta de restar las tasas de la curva de rendimientos de los bonos del gobierno a tasa fija y en UVR, con vencimiento en estos plazos. Este indicador sirve, además de las encuestas, porque los agentes del mercado al momento de negociar títulos del gobierno nacional, incorporan sus pronósticos de inflación para fijar los precios de compra y venta.
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