El índice de confianza del consumidor (ICC) de Fedesarrollo alcanzó en septiembre 35,4, un leve retroceso frente al 38,8 de agosto, que había sido el nivel más alto desde que se elabora esta estadística en noviembre de 2001. El índice venía de 8 en septiembre del año pasado.
La baja no es sustancial y corresponde a un fenómeno que se ha presentado siempre en esta encuesta. El índice siempre baja después de alcanzar un pico. Es una especie de corrección en las expectativas que sigue tras una euforia temporal, que en agosto ocurrió por la posesión de Juan Manuel Santos.
El resultado del ICC es muy importante porque anticipa de manera bastante acertada el comportamiento del consumo de los hogares. “Desde 2003 la correlación entre este índice y el consumo final de los hogares reportado por el Dane ha sido de 0,73”, dice Fedesarrollo en el boletín de prensa en el que anuncia el dato.
Descomponiendo el índice en sus dos elementos principales, se tiene que la percepción de los encuestados sobre las condiciones económicas actuales desmejoró ligeramente entre agosto y septiembre (bajó 1,8 puntos) y sus expectativas sobre la situación económica en los próximos 12 meses se deterioró un poco más (bajó 4,4 puntos). El gran salto en el resultado del ICC de agosto se debió al aumento sustancial en el índice las expectativas que creció 14,3 puntos, el efecto de la posesión presidencial.
El ICC de septiembre solo aumentó en Cali y disminuyó en las demás ciudades. En la capital del Valle aumentó 2,1 puntos, mientras en Bogotá bajó 1,9, en Barranquilla 7,3 y en Medellín 7,6 puntos. La caída fue exactamente proporcional pero con el signo inverso, al aumento de agosto. En septiembre el ICC cayó más en las ciudades en las que más había subido en agosto.
Bienes durables
La misma encuesta pregunta sobre la disposición de los colombianos para comprar bienes durables. En septiembre este índice bajó 4,8 puntos frente a agosto. “Sin embargo, la disposición mejoró 25,9 puntos respecto a septiembre de 2009, cuando ésta se ubicaba en 6,04”, señala Fedesarrollo.
Los consumidores de nivel bajo registraron la menor disposición a comprar bienes durables como muebles y electrodomésticos.
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