El oro, el cobre y la plata están en los niveles más altos de su historia, pero los analistas coinciden en que todavía tienen espacio para seguir creciendo. Cuidado con la volatilidad.
Los inversionistas han encontrado en los metales preciosos, en especial en el oro, el refugio perfecto para escampar ante la incertidumbre de los mercados. Según Barclays Capital, los activos bajo gestión en commodities alcanzaron los US$354.000 millones en 2010, el nivel más alto en toda la historia, de los cuales US$111.000 millones fueron en metales preciosos -84% en oro, 13% en plata y el resto en platino y paladio-.
El oro sigue siendo la «moneda suprema». Su valor sube incluso cuando el dólar se fortalece, es ampliamente aceptado como medio de pago alrededor del mundo y su desempeño supera el de cualquier moneda. Entre 2000 y 2010, el precio del oro pasó de US$250 la onza a un récord reciente de más de US$1.431. Su valor se triplicó en los últimos cinco años y entre 2009 y 2010 presentó un aumento de cerca del 30%.
Los analistas dicen que aún hay espacio para mayores ganancias. BNP Paribas estima que el precio del oro en 2011 alcanzará los US$1.500 la onza, mientras Bloomberg, más optimista, apunta a que se ubicará en US$1.700; es decir, registrará un aumento de 23% respecto al año pasado.
Goldman Sachs estima que los metales preciosos prometen darle a los inversionistas 28% en 2011, los mejores retornos de todos los commodities, los cuales en conjunto se cree que rendirán un 18%.
La plata, el metal precioso más usado en la industria, que obtuvo un incremento en su valor de 86% el año pasado, continuará liderando las ganancias con un crecimiento de 37%, lo que ubicará su precio en US$40 la onza este año, de acuerdo con estimaciones de Bloomberg.
Otro metal precioso para tener en cuenta es el paladio, que se utiliza en los convertidores catalíticos de vehículos y en electrónicos como los discos de blu-ray y paneles LED. Según el Scotiabank, el paladio hace parte de su paquete de commodities estrella en 2011. Este metal se beneficiará del rápido crecimiento vehicular en Asia (especialmente China e India) y de los controles de emisión de gases que se están imponiendo en el mundo. El Scotiabank espera para 2011 una situación deficitaria que motivaría un aumento de precios de 18%, hasta $900 la onza.
Otros commodities
La debilidad de la demanda de Estados Unidos y Europa en los últimos dos años permitió que China creciera sin restricciones, pues no tuvo que competir con esos países por recursos naturales. Este escenario cambiará en 2011. Con el crecimiento esperado de China de 9% y la recuperación de Estados Unidos (cerca de 4%) los recursos naturales se harán cada vez más escasos, ocasionando alzas en los precios, sobre todo en aquellos que presentan una oferta apretada, como petróleo, cobre, soya y platino. A esto se sumará el alza en los precios de los alimentos por cuenta de sequías e inundaciones.
En el caso del cobre, Goldman Sachs estima que habrá grandes déficits, razón por la cual cada tonelada métrica se venderá alrededor de US$11.000, lo que significa una apreciación del 35% sobre el valor de 2010. El Citigroup es más conservador e indica que el metal llegará a los US$1,14 la libra, presentando un incremento del 22%.
En el caso de productos agrícolas, para 2011 Bloomberg estima un incremento de 17% en el precio del trigo, 14% en el del maíz y de 7% en el café arábigo, siendo este último el de peor desempeño. Esto significa una desaceleración respecto a 2010, pues, de acuerdo con Correval, el maíz y el trigo fueron los commodities que más se valorizaron después de la plata (51,8% y 46,7%). Para el analista internacional Elkin Marín, los altos precios que se han presentado en los últimos meses en los productos agrícolas podrían beneficiar la demanda de fertilizantes, haciendo que las empresas que se dedican a elaborarlos se vean favorecidas por la alta demanda.
¿Dónde invertir?
Desde la llegada a los portafolios de los commodities en la última década, una nueva forma de inversión ha venido cobrando fuerza: los Exchange Trade Funds (ETF), los cuales son fondos de inversión o carteras colectivas bursátiles que cotizan en bolsa igual que una acción.
En el caso del oro, por ejemplo, el metal se almacena para respaldar a las acciones que se compran y venden al precio del commodity, menos una comisión de manejo. Esto permite que los inversionistas puedan participar en el mercado sin incurrir en costos de almacenamiento y seguros. Algunos ETF ofrecen exposición sobre grupos de commodities como DBC (todos los commodities), DBA (agrícolas), DBB (metales básicos), DBE (energía), mientras otros solo representan un único activo como GLD (oro).
Los futuros son otra alternativa en la cual invertir. Estos son contratos que sirven para vender o comprar commodities a un precio específico en una fecha posterior. Sin embargo, según Goldman Sachs, si bien es una alternativa que puede traer mayores retornos, es mucho más riesgosa.
Los analistas también recomiendan invertir en acciones de compañías, pues si al commodity le va bien, a la compañía que lo explota también. Por ejemplo, Standard Chatered Bank recomienda comprar acciones de empresas mineras como Freeport McMorgan Copper and Gold, Jiangxi Copper y Philex Mining.
Ante la implementación de políticas monetarias expansivas por parte de los gobiernos y sus bancos centrales, los inversionistas buscan activos reales como refugio ante posibles brotes inflacionarios. Los commodities están respondiendo a esa necesidad y por eso sus precios crecen.
El lado oscuro de esta inversión es la volatilidad. Los jugadores en los mercados de commodities son grandes inversionistas internacionales y fondos que apuestan utilizando coberturas cruzadas y sistemas automáticos de venta. Cuando las tendencias cambian, todos los jugadores se mueven al mismo tiempo y eso amplifica los efectos. En commodities hay mucho para ganar, pero también mucho por perder cuando llega el momento de una corrección.
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