La volatilidad continuaría reinando en monedas como el peso mexicano, el real brasileño y el peso chileno, en tanto que el peso colombiano podría soportar mejor la presión externa por expectativas de entrada de dólares al país para el pago de impuestos.
Los ojos estarán puestos en la publicación de indicadores claves de la economía de Estados Unidos, como producción industrial y ventas minoristas.
«No se espera que los datos de Estados Unidos mejoren el ánimo, con ventas al por menor y producción industrial en territorio negativo», opinó Pedro Tuesta, estratega de la consultora 4Cast Inc en Washington.
Para Javier Dorich, analista de mercados emergentes del Banco de Bogotá, los mercados de la región han mostrado una mayor sensibilidad a los datos negativos que a los positivos, lo que dificulta un mayor avance de las monedas en el corto plazo.
«Con malos datos de Estados Unidos, la próxima semana podríamos tener un escenario donde el real y el peso mexicano se debiliten pero el euro o el dólar se vean algo favorecidos, aunque dependiendo de qué noticias tengamos de Grecia», explicó. «Por entorno externo debería haber una presión para que (…) el mercado se ponga tenso, nervioso y vaya hacia activos seguros», agregó.
En el caso del peso mexicano, por ejemplo, operadores consultados esperan que opere en un rango entre 11,70 y 12,00 unidades por dólar, un margen amplio debido a la volatilidad que podría seguir afectando a los mercados externos.
«Mientras no haya un cambio estructural, la perspectiva para el peso sigue siendo favorable, aunque en el corto plazo no se descartan volatilidad en el mercado cambiario y pérdidas adicionales para el peso», estimó el grupo financiero Monex en un reporte.
Pero en Argentina, la moneda se mantendría en las próximas sesiones en niveles mínimos históricos en la plaza interbancaria ante tomas de coberturas en divisas por la proximidad de las elecciones presidenciales de octubre, dijeron operadores.
De acuerdo con los operadores, «el poder de fuego» que tiene el Banco Central con permanentes intervenciones de compra o venta de dólares de sus reservas aborta cualquier movimiento no deseado en el valor del peso, por lo que no se esperan mayores oscilaciones.
«El Banco Central administra el precio de la divisa americana buscando no provocar ruidos molestos que le puedan causar aunque sea una mínima preocupación», dijo Carlos Risso, analista del portal Zonabancos.
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