Ideas de Inversión

No es hora de vender sus acciones de Ecopetrol: analistas

Los analistas creen que este año Ecopetrol superará las proyecciones de utilidades, por el aumento del precio del petróleo y de la producción. Aunque en el corto plazo el precio de la acción disminuya temporalmente, no recomiendan vender la acción.

La valorización que ha alcanzado la acción de Ecopetrol desde su emisión, es del 94%. Tal vez muchos accionistas se preguntarán si ya es hora de vender sus acciones y hacer real su utilidad. Para los analistas locales, la acción sigue siendo atractiva, pero en el mediano plazo se acercará a una zona en donde pueden presentarse desvalorizaciones por las ventas realizadas por aquellos inversionistas que quieren realizar utilidades.

Para el director de investigaciones económicas de Alianza Valores, Santiago Melo, el precio objetivo de la acción este año es $4.900. Las buenas expectativas sobre el precio de la acción están fundamentadas en que se espera que Ecopetrol supere las proyecciones de crecimiento que reportó para el año en curso.

“La producción proyectada de la compañía en 2011 se estima en 856.000 barriles diarios, lo cual implica un crecimiento del 12% frente al promedio registrado en 2009”, dijo el director de investigaciones de Alianza.

Es de anotar que para los analistas locales e internacionales el precio promedio del barril de petróleo en el 2011 será de US$90 y que al final del año podría ubicarse entre los US$90 y US$95 por barril.

“Nuestras estimaciones indican que con un precio promedio del barril en 2010 de USD$79 (el precio actual se encuentra en USD$86), las utilidades netas podrían alcanzar cerca de COP$11 billones; lo cual igualaría la cifra récord percibida en 2008 que fue de COP$11.6 billones. Siendo así la acción podría alcanzar fácilmente los $2.900”, opinó el director de investigaciones de Alianza, Santiago Melo.

Para el analista de acciones de Proyectar Valores, Jairo Lastra, aún no es momento de vender la acción. “Las valorizaciones van a continuar aunque en una menor medida, el hecho que la empresa solicite nueva deuda la impulsa un poco, porque genera expectativas de crecimiento, el precio objetivo para el año es $4.820”, opinó.

En conclusión, la recomendación en general que le hacen los analistas a los accionistas de Ecopetrol, sobre todo aquellos que compraron la acción en la emisión y piensan que es mejor realizar su 1119% de utilidades que han logrado hasta el momento, es que aún hay espacio para que la acción se siga valorizando, por lo tanto si no necesitan liquidez es mejor conservarla hasta que llegue a los precios objetivo y estar pendientes de las señales del mercado.

 Fuente:

No es hora de vender sus acciones de Ecopetrol: analistas

http://www.dinero.com/inversionistas/acciones/no-hora-vender-acciones-ecopetrol-analistas_70571.aspx

Cómo sacarle el jugo a las predicciones (equivocadas) de los analistas

Cada enero, hordas de expertos generosamente remunerados intentan predecir lo que la economía y los mercados van a hacer en el año que comienza. A medida que avanza el año, casi todos los pronósticos resultan ser erróneos.

Aquí, esperamos ofrecer algo diferente: una hoja de ruta que indica cómo darle un uso práctico a esas predicciones, incluso cuando usted sospecha que están equivocadas. Tomados juntos, los pronósticos pueden señalar al mejor o al peor de los desenlaces que uno puede esperar en un año determinado- y cuán confiado ( o desconfiado) debería estar.

Hacer pronósticos es algo tan viejo como los propios mercados. Registros de la antigua Mesopotamia, de acuerdo con investigaciones de la historiadora Alice Louise Slotsky, están llenos de referencias a presagios que se creía que predecían los precios de los commodities, como que «el cuervo indica un mercado estable».

Prácticamente desde entonces, los expertos han estado produciendo pronósticos, y errando. Piense en el año pasado, cuando se decía que los indicadores técnicos llamados «el presagio Hindenburg» o la «cruz de la muerte» decían que las acciones iban a colapsar. Se esperaba que el mercado accionario chino fuese a seguir en «boom» y una recaída en la recesión en Estados Unidos le parecía probable a muchos expertos del mercado. Hasta ahora, por lo menos, ninguna de esas cosas ha ocurrido.

Si los pronosticadores están en lo cierto este año, las acciones estadounidenses van a subir aproximadamente 10%, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años rondarán 3%, la inflación va a estar un poco debajo de 2% y la economía se expandirá alrededor de 3%. Sin embargo, sería ingenuo pensar que usted podría hacer sus apuestas siguiendo al pie de la letra esas predicciones.

¿Por qué gente con años de experiencia, conocimiento masivo y montañas de datos a su disposición tan frecuentemente se equivoca respecto al futuro?

Primero que nada, el futuro es el reino de las sorpresas; nadie, no importa cuán experto, puede predecir en forma confiable lo que va a pasar y cómo va a reaccionar la gente ante ello. Como el economista Friederich von Hayek, dijo en su conferencia «La pretensión del conocimiento» cuando ganó el premio Nobel de Economía en 1974, «en el estudio de un fenómeno tan complejo como el mercado, que depende de la acción de muchos individuos, todas las circunstancias que determinarán el desenlace de un proceso difícilmente serán totalmente conocidas o medidas».

Los pronósticos también se equivocan porque tienden a ser demasiado tímidos o demasiado extremos. Para un pronosticador, tiene poco sentido diferir levemente de la predicción sobre la que hay consenso. A nadie lo despiden por estar en la mitad de la manada, ni reciben los pronosticadores mucho crédito por estar un poquito menos equivocados que sus pares. Si un pronosticador se va a desviar del promedio, pues mejor que lo haga del todo.

Por lo tanto, mientras que la mayoría de los expertos tienden a agruparse en torno a un consenso seguro, unos pocos apuestan al riesgoso pero potencialmente lucrativo terreno de hacer predicciones extremadamente pesimistas u optimistas. Si resultan ser correctas, su precisión parecerá milagrosa y serán famosos: si resultan ser equivocadas, la mayoría de la gente lo olvidará.

No debe sorprendernos entonces que siempre parezca haber un pronosticador con un toque mágico. Casi un cuarto de siglo después de que las acciones de Estados Unidos cayeran más de 20% en octubre de 1987, mucha gente todavía recuerda a Elaine Garzarelli por haber «predicho» el colapso del mercado, incluso aunque su trayectoria posterior ha sido mixta. Más recientemente, el economista Nouriel Roubini y la analista de bancos Meredith Whitney advirtieron del colapso financiero, pero no se sabe si sus más recientes predicciones darán en el blanco.

Otro problema: los expertos son inconsistentes en cuanto a la forma en que analizan datos complejos. Cuando se les presenta información similar en diferentes momentos, llegan a conclusiones drásticamente divergentes. Se sabe desde por lo menos 1954- aunque casi nunca se ha publicitado en Wall Street- que un modelo de computadora que imita el método de predicción que un analista dice que usa será más exacto que el propio pronosticador. Esto es porque los expertos saben lo que es importante, pero muy frecuentemente hacen cambios subjetivos al énfasis que ponen en varios factores.

Como los cocineros que se equivocan por cambiar recetas que ya dan resultado, los pronosticadores se derrotan a sí mismos al hacer demasiados «ligeros ajustes». Un estudio encontró que un modelo de computadora sin cambios con respecto a las predicciones de los analistas de acciones sobre ganancias futuras acertó más que los propios expertos el 72% de las ocasiones. Y en un reporte la semana pasada, David Bloom, un estratega de moneda extranjera en HSBC de Londres, criticó a los pronosticadores por ser «incoherentes» que se han vuelto optimistas respecto al euro simplemente porque subió recientemente.

Por lo tanto, los expertos del mercado no solamente pasan por alto las enormes sorpresas que nadie puede predecir; también tienden a sobrecompensar por las pequeñas. «Los pronosticadores quedan atrapados en lo que llamo «corrientitis», por la cual uno ve un número que no esperaba, cree que se debe haber perdido algo, y entonces terminan perdiendo moviéndose de un lado al otro, siguiendo el compás de los datos más recientes»

Sume todo- o reste todo- y es claro que debería acercarse a las predicciones financieras con incluso más cautela de lo que se había dado cuenta.