El senador Camilo Sánchez señaló que el costo fiscal de la nueva moneda sería de unos 220.000 millones de pesos.
Con solo 15 votos a favor y 41 en contra, el proyecto de ley que buscaba quitarle tres ceros al peso colombiano para dar paso así a una nueva moneda en el país no pasó su examen en el Congreso de la República.
Uno de sus ponentes, el senador del partido Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella, dijo que no había ambiente para que la iniciativa prosperara en esta legislatura, pues en la agenda de Congreso hay en discusión otros temas prioritarios.
En ese sentido, el proyecto con el que se buscaba implementar en Colombia un nuevo peso tendrá que archivarse, pues era una iniciativa que venía de la legislatura anterior, explicó Guerra de la Espriella.
Entre los argumentos que respaldaban el proyecto estaba el hecho de que con la eliminación de tres ceros del peso se facilitarían las transacciones y operaciones comerciales.
El propio Banco de la República veía con buenos ojos la adopción de un nuevo peso y ya había hecho los cálculos de cuánto podría costar la implementación de esa nueva moneda.
Pero fue precisamente ese costo el que sirvió de ‘caballo de batalla’ a los detractores de la iniciativa, entre estos el senador Camilo Sánchez, para terminar de hundir este proyecto que haría realidad la adopción de una moneda en la economía colombiana.
El proyecto de ley buscaba, básicamente, facilitar operaciones de contabilidad para los balances empresariales, dado que las cifras en pesos son cada vez más grandes y difíciles de manejar.
La iniciativa contaba con el respaldo del Gobierno y del Banco de la República, que consideraban que la economía colombiana tiene un contexto favorable para el cambio de la moneda.
La idea era eliminar los tres ceros de los billetes que circulan en el país y de esta manera, por ejemplo, el de 50.000 pesos actual pasaría a ser de 50 nuevos pesos y el de 1.000 pesos sería de un peso.
Otro argumento de quienes apoyaban la iniciativa era que el país tiene una inflación bajo control, lo que facilitaría el cambio de la moneda.
Si el proyecto de ley hubiera prosperado, habrían tenido que destinarse alrededor de 30.000 millones de pesos en campañas educativas a los colombianos para que se adecuaran a manejar el nuevo peso.
El Banco de la República había señalado que el costo de imprimir los nuevos billetes no sería mayor al que se incurre tradicionalmente en la producción de los que se van deteriorando por el uso.
El senador Camilo Sánchez señaló que el costo fiscal de la nueva moneda sería de unos 220.000 millones de pesos.
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