De la idea al negocio según Branson

El fundador de Virgin Group comparte su proceso de creación de una empresa, en el cual no se necesita invertir mucho tiempo y dinero.

Sin importar qué tan novato seas en el proceso de iniciar un negocio, sentirte perdido o abrumado es comprensible. De hecho, para muchas personas, es parte del proceso. Una licenciatura en negocios no siempre incluye entrenamiento en habilidades prácticas que un emprendedor necesita para iniciar una empresa; e incluso, cuando sí, aplicar lo que has aprendido puede ser muy retador. Una vez que te gradúes, podrías descubrir que requieres seguir fortaleciendo tus habilidades con cursos online, programas de mentoría y, sobre todo, con experiencia en el mundo real. La buena noticia es que un gran negocio inicia con una gran idea, así que probablemente ya estés en el camino correcto.

El primer paso: Antes de empezar a hacer algo práctico, instálate en un espacio que encuentres relajante e inspirador. Por ejemplo, yo normalmente trabajo en la hamaca de mi casa en Necker Island. Después, estando ahí, imagina la empresa que puedes crear basándote en tu idea de negocio. Debe ser una empresa en la que creas, tanto con tu corazón, como con tu mente y billetera.

¿Te emociona la forma en que este negocio hará una diferencia en la vida de las personas? Este punto es crucial, ya que si amas tu trabajo es más probable que perseveres a pesar de las largas jornadas y las batallas interminables que son parte de la vida de un emprendedor. También, si realmente te emociona, los éxitos y celebraciones serán más dulces. Otro punto esencial a considerar es si realmente hay un hueco en el sector en el que esperas introducirte.

A continuación sigue la Prueba Mamá, un método que siempre he usado para decidir si perseguir o abandonar una idea. Pídele a tu madre (o a alguien en quien confíes mucho) que te dé sus opiniones honestas acerca de tus planes. Si voltea los ojos o se le ponen vidriosos cuando le describes tu nuevo proyecto, entonces regresa a tu hamaca y empieza de nuevo. Si se emociona, podrías haber dado con una idea ganadora. Como una emprendedora de toda la vida, mi mamá tiene un excelente juicio en ese tema; pero aunque la tuya no sepa sobre negocios, siempre tendrá como prioridad tus mejores intereses.

El siguiente paso es involucrar el riesgo, que es probablemente la razón por la que estás dudando atreverte (el riesgo de lanzar tu idea y comprometer tu tiempo y recursos). Algunas personas se detienen en esta etapa, tratando de perfeccionar su plan, por lo que terminan gastando más tiempo en pensar que en dirigir el negocio. Los emprendedores exitosos no esperan por el momento correcto –lo crean.

Desarrolla algunas muestras de lo que pretendes vender, y cuando estés contento con tu producto o servicio, empieza la investigación de mercadomás barata y fácil que puedes realizar: pídeles a tus amigos, familiares, vecinos y seguidores en redes sociales que lo prueben. Si la reacción es negativa, considera modificar tu oferta. No dejes que este proceso te desanime. Unos cuantos cambios no significa que tu idea no sea buena; simplemente será el primero de muchos ajustes en tu plan. La flexibilidad y habilidad de resolver problemas creativamente son grandes cualidades de un emprendedor.

Una vez que hayas hecho esos cambios, intenta vender pequeños lotes de tu producto y ofrece presentaciones iniciales del servicio donde puedas (internet, de puerta en puerta, ferias, etc). Pide retroalimentación y mantén el contacto con esos clientes. Asegúrate que tengas un branding correcto: ¿Destaca de entre la competencia? ¿Los valores de tu marca atraen a los clientes? ¿Estos valores atraerán a empleados talentosos?

Si las reacciones de tus clientes son muy positivas, empieza a pensar en proveer más del producto o servicio, así como integrar las preocupaciones en el corto plazo. San Francisco de Asís dijo: “Empieza haciendo lo necesario; después haz lo posible; y pronto estarás haciendo lo imposibles”. Asuntos prácticos aparecerán, como el tema de la distribución del producto y del manejo del flujo de efectivo. Podría ser el momento de pitchear tu idea ante inversores potenciales y distribuidores, así como comenzar a contratar y delegar.

Fuente:

De la idea al negocio según Branson

http://www.soyentrepreneur.com/