La venta de Nokia marca el fin de una era

La decisión de Nokia Corp. de venderle su negocio de teléfonos celulares a Microsoft Corp. y concentrarse en software y tecnología inalámbrica es el intento más reciente de la empresa finlandesa de 148 años por reinventarse en medio de una crisis. Para muchos, especialmente en Finlandia, también marca, para efectos prácticos, el fin de una empresa insignia de su país y otrora gigante tecnológico global.

El ministro de Asuntos Económicos de Finlandia, Jan Vapaavuori, indicó el martes que «este es el fin de la era en Finlandia». Señaló que el acuerdo con Microsoft tendrá un efecto psicológico, ya que Nokia es desde hace tiempo una importante marca internacional con profundas raíces finlandesas.

Desde su fundación en 1865, cuando el ingeniero Fredrik Idestam abrió una papelera en el sudoeste de Finlandia, Nokia ha atravesado cambios radicales. El primero fue a principios del siglo XX, cuando la empresa empezó a fabricar productos de caucho, como botas.

En 1967, la compañía se fusionó con su socio Finnish Cable Works, que, entre otras cosas, desarrollaba radioteléfonos para la armada finlandesa. Nokia se convirtió así en uno de los primeros participantes de la industria de los celulares, a comienzos de los años 80.

Lanzó el teléfono para autos Mobira Senator en 1982, apenas un año después del debut del sistema de Telefonía Móvil Nórdica, la primera red celular internacional del mundo.

Nokia presentó su primer teléfono portátil en 1987, el Mobira Cityman, el mismo año que se adoptó el sistema global para las comunicaciones móviles, o GSM por sus siglas en inglés, como el estándar europeo para redes móviles.

A pesar de prosperar en el mercado telefónico, Nokia atravesó problemas financieros a fines de los 80, tras comprar fábricas de TV no rentables en Europa.

En 1992, Jorma Ollila, un ex banquero de Citibank, asumió como presidente ejecutivo y decidió concentrarse sólo en telecomunicaciones. Tuvo éxito, por un tiempo. La buena racha de Nokia impulsó el precio de su acción, y en su cenit en 2000 la empresa fue valorada en 303.000 millones de euros.

Sin embargo, apuestas fallidas cambiarían su suerte drásticamente. Ejecutivos de Nokia predijeron que el negocio de producir teléfonos celulares que hacen poco más que llamadas perdería su rentabilidad para 2000. Entonces, en la década del 90, la empresa comenzó a destinar miles de millones de dólares a investigación de e-mail móvil, pantallas táctiles y redes inalámbricas más rápidas. La compañía lanzó su primer teléfono inteligente, el Nokia 9000, en 1996, más de una década antes de la aparición del primer iPhone.

Pero su rival estadounidense Motorola logró éxito mundial con su línea Razr de teléfonos delgados y con tapa. Por su parte, Nokia recibió críticas de los inversionistas por concentrarse en smartphones de alta gama mientras su rival devoraba el mercado.

Olli-Pekka Kallasvuo, ex director de finanzas de Nokia, asumió las riendas de la empresa tras la salida de Ollila y fusionó las operaciones de teléfonos inteligentes y básicos de la empresa. El resultado fue que el negocio más rentable de los teléfonos básicos comenzó a tener mayor relevancia. Al volver a concentrarse en los teléfonos tradicionales, Nokia quedó rezagada cuando otro producto revolucionario —el iPhone de Apple Inc. hizo su debut en 2007. Cuando el iPhone se hizo popular, Nokia intentó alcanzarlo.

La relación de Nokia con Microsoft comenzó cuando el canadiense Stephen Elop se hizo cargo de la finlandesa en 2010, y decidió abandonar el intento de la empresa por renovar su anticuado sistema operativo Symbian y adoptar, en cambio, la plataforma Windows de Microsoft. Se eliminaron decenas de miles de empleos, se vendió la moderna sede central de la empresa en Espoo, Finlandia, y se redujo el departamento de investigación y desarrollo, otrora joya de la compañía.

El año pasado, la empresa cerró su última fábrica de teléfonos en Finlandia. Pero el negocio de teléfonos ha tenido problemas.

Aunque su línea Lumia, la serie insignia de Nokia, recibió buenas críticas, la empresa no logró quitarles participación de mercado a sus principales competidores, Apple ySamsung Electronics Co. Ltd. Los ingresos de Nokia por ventas de teléfonos en el segundo trimestre representaron menos de 25% de las registradas en el primer trimestre de 2011, cuando se anunció la alianza de Nokia con Microsoft.

Sin el negocio de smartphones, lo que queda de la empresa es Nokia Solutions and Networks, que operó por mucho tiempo como Nokia Siemens Networks antes de que Elop comprara hace unos meses la participación de Siemens AG en la empresa de equipos para redes por unos US$2.200 millones. También tiene un negocio de servicios de locación, que brinda mapas para aparatos que funcionan con Microsoft Windows y sistemas de navegación para autos.

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La venta de Nokia marca el fin de una era

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