En primer lugar, si no puedes explicar razonablemente a tu hijo la causa que está detrás de una determinada compra, entonces no lo hagas.
Básicamente, esto significa que debes eliminar completamente todo gasto frívolo. Si quieres comprar algo innecesario entonces ahorra para ello y que este proceso de ahorro le quede claro a tu hijo.
En segundo lugar, analiza despacio y con cuidado como tus movimientos financieros afectarán a tu familia ahora y también en un futuro.
Poner menos dinero en tu jubilación ahora puede poner más dinero en tu bolsillo pero te pone en una situación más precaria después.
¿Qué beneficio tiene ese dinero ahora? Esto te permite gastar más en tu hijo ahora pero ¿vale la pena ese gasto extra ahora a cambio de que seas una carga para tu hijo en el futuro?
En tercer lugar, debes involucrar a tu hijo en todas tus decisiones financieras tan pronto como sea posible. No digo que deba él tomar las decisiones hasta que tenga una edad adulta pero si ser conocedor de ellas y, sobre todo, porque se toman.
Tampoco tienen que ser decisiones trascendentes. Sino algo como ir con él a la compra, por ejemplo, a comprar fruta y mostrarle diferentes opciones que tienen un mismo precio. Digamos 3 manzanas frente a un racimo de plátanos y se vaya acostumbrando a este tipo de compras.
O a la hora de pagar, hacerlo con dinero en efectivo para que vea como funciona el sistema de compra. Como ves se puede comenzar por cosas realmente sencillas.
En cuarto lugar, no te gastes el dinero en tu hijo sin un propósito claro. Puede que quiera un libro en una librería, así que en vez de comprarle ese libro, llévalo a tu biblioteca local y busca el libro ahí.
Tu hijo puede encapricharse de un juguete pero siempre puedes recordarle que sus juguetes favoritos están en casa e intentar quitarle las ganas de comprar algo que luego no va a usar.
Por último, usa el “factor sonrisa” para juzgar si tu hijo es feliz. Si sonríe y es feliz jugando en un columpio en el parque o con cualquier objeto en casa, ¿por qué el conseguir ese juguete de última generación y carísimo le va a hacer más féliz?
Hay tantas cosas gratis, o de bajo precio, para que cualquier niño se divierta que no hay necesidad de comprar una gran cantidad de cosas. Es su sonrisa lo que te dirá si es feliz o no.
¿Qué hay de la envidia porque el vecino (o un amigo o familiar) tiene tal o cual cosa? Cada vez que veas a otro niño con algo llamativo pregúntate si tu hijo se va a ver beneficiado por tenerlo o es simplemente celos y envidia.
Si es lo último, comprárselo no ayudará a tu hijo en nada.
Tener un hijo es algo caro, no hay duda sobre eso. Pero si eres razonable, los gastos no tienen porque salirse de control y se puede infundir un sentido financiero básico en tus hijos, incluso a una edad muy temprana.
¿Se te ocurren otros puntos básicos que deba contemplar un padre en la relación de sus hijos con las finanzas?
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Fuente:
5 Consejos para Un Padre Respecto a su Hijo y las Finanzas