Un CEO (director ejecutivo de una empresa) tiene muchísimas responsabilidades y cargas que hacen que constantemente se encuentre bajo una gran presión. Si es tu caso y no quieres que tu salud se vea afectada por el trabajo y llevarlo de la mejor forma posible, sigue estos sencillos consejos.
1. No obvies el descanso y el sueño
Son imprescindibles para aguantar el frenético día a día. Aunque tengas cosas atrasadas o por hacer, no dejes jamás de dormir al menos entre 6 y 8 horas para rendir al día siguiente, es decir, no te restes descanso por trabajo. Además dedícate al menos una hora al día a relajarte y tumbarte en el sofá o en la cama.
2. Haz ejercicio a diario
El ejercicio al menos 30 minutos diarios es esencial para todo el mundo, pero en el caso de los CEO, aún más. Dedicar un rato al día a hacer ejercicio físico es capaz de cambiar por completo tu vida. Es un rato que te dedicarás a ti mismo por completo y que te servirá para aliviar el estrés del trabajo, la rutina y los problemas.
3. Aprende a escuchar
Muchas veces el estrés del día a día y nuestros propios problemas personales, nos impiden ver los problemas del resto. Si es tu caso, replantéatelo. Dedica al menos un rato cada día a escuchar a los demás, a tus empleados, a tus compañeros. Descubrirás que hay mucha gente que necesita tu ayuda también o que, por el contrario, también hay mucha gente dispuesta a echarte una mano.
4. Escapada de fin de semana
No tiene que ser todos los fines de semana, pero salir de la ciudad y cambiar de aires cada cierto tiempo, es realmente beneficioso y eficaz para deshacerse del estrés. Recargarás pilas y volverás con más ganas que nunca al trabajo.
5. Ten una persona de confianza
Tener a alguien de total confianza en la empresa es fundamental. Alguien a quien pedir ayuda en momentos complicados de trabajo, o a quien contar lo que te preocupa a sabiendas de que eso no saldrá de allí.
6. ¿Un capricho? Un masaje
Ir al menos una vez por semana al fisioterapeuta o a recibir un masaje relajante te ayudará muchísimo a liberar la tensión que se acumula en la espalda (sobre todo en el cuello y las cervicales).
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Fuente: http://www.forbes.es/