En un mercado cada vez más dinámico, la competitividad de una empresa comienza por tener un presidente bien preparado para afrontar los retos de liderar en un entorno cambiante.Ya no basta con tener sólidos conocimientos del negocio, el mercado y la competencia, pues también es importante mantenerse actualizado en temas que trascienden las barreras de los números y tocan, frecuentemente, las habilidades que tiene el máximo directivo de una compañía para adaptarse a la nueva realidad.
En este sentido, Ricardo Sala, socio consultor de la firma Spencer Stuart, dice que todo presidente debería entrenarse para dimensionar a la compañía de manera coherente, comprender la diferencia entre trabajo en equipo y en grupo, las bondades del gobierno corporativo y la responsabilidad social, el manejo de las crisis, y cómo ser un interlocutor positivo entre la compañía y sus grupos de interés.
En este punto, coincide con Henry Bradford, vicerrector del Colegio de Estudios Superiores de Administración, quien sostiene que, luego de tener las bases teóricas suficientes, los presidentes deben dedicarse a afinar sus habilidades sociales para impactar asertivamente a los grupos de interés de su organización, lo que incluye, además, prepararse en disciplinas como la resolución de conflictos.
¿QUÉ HAY EN EL MERCADO?
Asumiendo que el directivo ya cuenta con una maestría en administración de empresas (MBA, por sus siglas en inglés), existen diversos cursos dirigidos especialmente a este público, que complementan su quehacer desde diversas perspectivas. Por ejemplo, Inalde Business School tiene una capacitación denominada Programa de Alta Dirección Empresarial (PADE) en la que, según explicó Luis Fernando Jaramillo, director general de la entidad educativa, se trabaja durante un semestre para afinar las habilidades personales del directivo y favorecer el aprendizaje interdisciplinar mediante la interacción con sus pares. “Los presidentes ya tienen la teoría, pero manejar gente y atender el mercado son tareas muy complejas, que implican personas, y en eso nos enfocamos”, indicó.
Por su parte, la Universidad de los Andes tiene un programa especial para presidentes de empresa donde se brinda un espacio de actualización a los directivos y se profundiza en temas de gestión empresarial, y coyuntura nacional e internacional.
En cuanto a la oferta internacional, la mayoría de las escuelas de negocios tiene una oferta adaptada a sus necesidades, para afinar habilidades que van desde la alta gerencia y la innovación, hasta entrenamiento diplomático.
IDIOMAS, CADA VEZ MÁS NECESARIOS
En la economía globalizada, ser bilingüe pasó a ser la norma y otras lenguas cobran cada vez más relevancia.
Aunque hace algunos años se hablaba del inglés como el idioma del futuro, manejarlo pasó a ser una necesidad. Fue así como diferentes lenguas empezaron a cobrar su propia relevancia en el mundo de los negocios y, por esta razón, es importante que los directivos realicen, al menos, sus primeros acercamientos a ellas.
Por ejemplo, el impulso que ha tomado la economía de Brasil, sumado a la cercanía de Colombia con dicho país, han subrayado la importancia que tiene el portugués para los directivos. Por su parte, el mandarín (hablado en China, Taiwán y Singapur) es considerado por muchos el futuro “idioma de los negocios”, por lo cual también recomiendan entrenarse, una tarea que requiere tiempo por las amplias diferencias con el español. Además es importante tener en cuenta el contexto en el que se desenvuelve su compañía a la hora de expandir sus fronteras lingüísticas.
Entonces, si desea aprovechar el tratado de libre comercio con la Unión Europea, muchos empresarios toman a Alemania como la nación de entrada y deciden aprender su idioma para facilitar el intercambio.
Por su parte, el francés también suele ser una lengua atractiva, y aunque la mayoría de los directivos domina el inglés, es ampliamente apreciado que sus pares intenten utilizar su idioma natal.