Últimamente muchos de nosotros habremos notado que los bancos están haciendo un sinfín de llamadas ofreciéndose a Comprar nuestra Cartera. ¿Qué se debe tener en cuenta para venderla?
Pues bien, la compra de Cartera es una estrategia que las entidades financieras están utilizando para incrementar su participación en el mercado y atraer nuevos clientes. Pero, ¿sabemos realmente a qué se refieren cuando nos plantean la posibilidad de “adquirir” nuestras deudas y ayudarnos a eliminarlas más rápido de lo esperado?
La compra de cartera consiste básicamente en agrupar varias deudas (Tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, libranzas, créditos de vehículo) en una sola. Esta opción resulta favorable a la hora de administrar nuestra deuda ya que, si tenemos varios saldos por pagar con diferentes prestamistas, podremos unificar dichos saldos en una sola cuenta, lo que se traduce en un solo pago mensual. Asimismo, podríamos ahorrar si logramos consolidar los saldos en una cuenta con un interés más bajo que el de cada uno de los montos que estamos consolidando.
Para saber si es momento de aceptar que un banco compre nuestra cartera debemos tener presentes dos condiciones: la primera, que la tasa de interés de la nueva deuda sea más baja que aquella que nos están cobrando por cada deuda que queremos agrupar y, la segunda, que el pago mensual total de la deuda sea más bajo.
Si queremos transferir, por ejemplo, el saldo de nuestra tarjeta de crédito, debemos analizar detenidamente las condiciones que nos está ofreciendo la entidad, y centrarnos especialmente estos tres puntos:
1. La tasa de interés: muchas ofertas prometen tasas muy bajas por los saldos transferidos; pero es muy importante asegurarnos que la tasa de interés que nos están ofreciendo sea permanente. Si no cumple esta característica podrían cobrarnos una tasa más alta después de un tiempo. Igualmente es fundamental cerciorarnos que esta nueva tasa de interés no cobije solamente a la deuda transferida sino que sea también la tasa que se pague sobre nuevas compras.
2. Los pagos mensuales: existen entidades que ofrecen una tasa de interés baja por un periodo de tiempo determinado. Por esta razón debemos planear una estrategia de pagos que nos permita cancelar la deuda antes de que la tasa de interés cambie. Por ejemplo, si la tasa de interés baja expira en un plazo de 12 meses debemos dividir el saldo total entre ese número de meses para calcular el pago mensual que tendremos que realizar.
3. Los costos: adicional a la tasa de interés, las entidades que realizan estas transferencias pueden cargar un porcentaje del saldo total transferido o un porcentaje fijo como parte de su operación. Si, por ejemplo, la transferencia tiene un costo del 2% del saldo total y la tasa de interés es del 1.85%, estaríamos hablando de un costo total de 3.85%. Si los saldos que vamos a transferir se encuentran a una tasa superior al 3.85% ¡Vale la pena hacer la transferencia!
Fuente:
Venda su cartera con inteligencia