¿Cuántas veces le has dicho NO a una idea o proyecto? Para muchos directivos esto es una constumbre: no escuchar. Aprende cómo controlarlo.
¿Quién no lo ha vivido? Pides una cita con tu jefe, llegas a su oficina, te sientas de manea ansiosa y amable, comienzas a platicarle de un nuevo proyecto, y antes de que termines, su respuesta es NO. También está la otra opción, aquél directivo que por miedo a ser juzgado como inquisidor o soberbio a todo dice que SÍ. Para ambos casos, los expertos aseguran que es una actitud errónea. Para ello, es importante saber en qué consiste la integridad del “NO”.
De acuerdo con Brian Evje, director de Equipoise Alliance y experto en temas de liderazgo, estas actitudes se dan por dos razones concretas:
1. El miedo a ser el malo de la historia. Muchos directivos temen al rechazo de sus trabajadores, ellos saben que al momento de generar una mala impresión pueden incentivar malos comportamientos dentro de la dinámica laboral. Es por ello que el decir “NO” les cuesta mucho trabajo.
2. Por el miedo a perder la autoridad. De manera contraria, existen aquellos que creen que dar una negativa a todo es dominar la situación y hacerles ver a sus colaboradores quién es el que manda.
Sin embargo, cualquiera que fuera el caso, hay que estar consientes que los dos son un extremo. Para ello, es importante identificar la situación y cuál sería la mejor respuesta. De acuerdo con su participación en el portal Inc.com, el experto recomienda lo siguiente:
¡Conócete!
Tienes que estar consciente de que muchas veces la respuesta NO sale de manera predeterminada o que en muchas otras es muy difícil ponerlo dentro de la conversación. Tu primera tarea es conocer tu comportamiento a la hora de escuchar peticiones.
Asegúrate de entender qué tan viable es para ti una situación u otra. Esto te ayudará a entender porqué de tu actuar y a tratar de cambiarlo en el momento en que sea necesario.
Por ejemplo:
Si eres muy innovador, es posible que des camino abierto a la mayoría de las ideas creativas que te anuncian, sin embargo, también debes estar consciente de los riesgos que esto puede tener. Así que no te emociones al escucharlas, pide un proyecto formal y compara cuáles son los riesgos y beneficios. Así estarás dando un NO o un SÍ de manera objetiva.
Conoce a tu equipo
Debes comprender con quiénes trabajas. Si no conoces a tus colaboradores es muy sencillo actuar a beneficio propio y con valores predeterminados. El conocer a cada uno de tus integrantes te ayudará a saber el origen y la importancia de sus peticiones.
Establece los procesos de decisión
Para cualquier propuesta debe existir un proceso en la toma de decisiones, desde un proyecto formal para su presentación, en el caso de nuevas ideas, hasta una presentación de logros y proyecciones en el caso de una promoción o aumento salarial. Si existe un proceso establecido, seguramente será más fácil tomar una decisión.
De igual forma, es importante establecer los roles de la toma de decisiones, así será más fácil definir en qué pueden ayudar los colaboradores y bajo cuáles circunstancias la decisión es tuya. Siempre es importante poner parámetros.
Sé firme en tus decisiones y reglas
En muchas ocasiones es complicado, para algunos directivos, mantenerse firme en sus decisiones y reglas, esto no sólo perjudica a los procesos, sino que perjudica a la percepción de ellos hacia tu persona.
Debes estar consciente de que el mantenerte firme te ayudará a generar reputación y a marcar parámetros en las peticiones. Es muy importante.
Siempre explica el por qué del “NO”
No se trata de dar explicaciones o de rendir cuentas, se trata de ser coherentes con nuestros equipos de trabajo. Si bien puede ser complicado hacerlo en cada momento, sólo cuida que la persona se vaya con una explicación breve y sin mucho detalle, pero que sea concreta y que pueda contestar a sus principales dudad. De esta forma él sabrá que la negativa se da por razones y no por una imposición.
Recuerda que muchas de las peticiones suelen darse de forma individual y bajo propias necesidades, es importante que entiendan cómo sus decisiones pueden afectar a todos.
Mantén firme tus convicciones
Es importante que mantengas en mente que tu principal objetivo es hacer que las metas se cumplan a beneficio de la empresa; puede haber distractores o peticiones que interrumpan esta tarea, para ello, el mejor consejo es resistir.
Cuida en mediar estas decisiones, recuerda que tú eres quien da confianza y transmite sabiduría a tus equipos de trabajo, pero también eres quien tiene que orientarlos y decidir para que exista un final exitoso.
Fuente:
Recursos para directivos: Cómo decir NO objetivamente