La palabra “Riqueza” despierta amores y odios. Emociones encontradas para los seres humanos. Dependiendo no solo de la situación económica en que nos encontremos, también del entorno. El país, ciudad, barrio, estrato, trabajo, formación académica, amigos o círculo más cercano, poder que tengamos, influencia en otros, madurez mental y emocional, salud, bienes materiales. Se constituyen en variables que pueden darnos el concepto de riqueza.
Veamos dos ópticas acerca de la riqueza.
La óptica negativa: ve la riqueza como un hecho de codicia, ambición, de lograrla lo más rápido posible y a cualquier costo. Trátese de actos legales o ilegales. Del azar, de la suerte, de una lotería. Se convierte en obsesión, con el interés de escapar muchas veces de las necesidades económicas elementales que tiene el individuo.
La óptica positiva: ve la riqueza como la obtención y el premio de hacer las cosas bien. Está acompañada de sentimientos de gratitud, abundancia, prosperidad, libertad. Se focaliza en poder servir y dar más. Obtener una calidad de vida mejor, cumplir sueños nobles como una casa mejor, viajar, disfrutar de un buen auto, etc.
Adicionalmente, en el mundo existen ricos generosos y ricos avaros.
Los primeros, son exitosos y respetados, obtienen su riqueza de forma legal. Su interés es dar más para recibir más y compartir con más gente. Son filántropos por naturaleza, altruistas. Piensan en crear más riqueza, no sólo para unos pocos sino para muchos. Muchas veces son anónimos, de bajo perfil. No les gusta ser reconocidos como celebridades, personas presumidas o excéntricas por que poseen (mansiones, autos, yates, aviones, etc.). Son en su mayoría personas normales, amables, accesibles y asequibles a consejos y proyectos serios y estructurados.
Los segundos, también pueden ser exitosos produciendo dinero. Pero, se dedican a amasar, atesorar, ahorrar y ahorrar. Su avaricia no tiene límites, quieren tenerlo todo para ellos, pero sin deseos de compartir. Viven comparándose quien tiene más. Muchas veces no disfrutan lo que tienen, porque su indicador es tener y tener, además de ser tacaños. Temen a la pobreza, a la inseguridad, a perderlo todo. Piensan que si comparten se les acabará. Viven llenos de miedo e infelicidad.
Todos habremos conocido los dos escenarios en nuestra vida. A veces se necesita discernir los opuestos para aprender y crecer. En el caso personal he podido verlos y descubrir que en la medida en que se focalizan las palabras, pensamientos, actitudes, comportamientos, hábitos, y, acciones hacia el lado positivo todo cambia hacia lo mejor. Se obtiene mayor tranquilidad, claridad de pensar, mejoran los ingresos, las amistades son más selectivas, y aparecen múltiples oportunidades de mejoramiento personal y profesional. Es como si elUniverso conspirara hacia cosas que nos acercan a nuestra felicidad, a nuestros sueños.
Y para ti: ¿Cuál es tu concepto de riqueza? ¿Te despierta emociones positivas o negativas?
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