El modelo quiere dirigirse a las áreas en las que pueden generar mayor impacto social.
Concentrar sus acciones en seis o siete programas sociales que generen un alto impacto entre sus afiliados, es la aspiración de las 37 cajas de compensación familiar reunidas en Asocajas. Las cajas han venido ejecutando demasiados programas, por «apetito del Gobierno, del Congreso de la República y la complacencia del mismo sistema», dijo el presidente de la organización gremial, Álvaro José Cobo, lo que ha llevado a la dispersión de esfuerzos y gestión de sus actividades.
Asocajas, agregó el directivo, cree que el sistema del subsidio familiar debe buscar una mayor focalización y dedicación a un pequeño número de programas sociales específicos y así aumentar su eficiencia en beneficio de sus 14,6 millones de afiliados (trabajadores y sus familias).
Entre los programas a los que las cajas quisieran dedicarse están vivienda, salud, gestión sobre el empleo (capacitación, subsidios), utilización adecuada y constructiva del tiempo libre, primera infancia (atención integral a los niños) y asistencia a las personas mayores.
Cobo aclaró que ello no significa descartar la prestación de esos servicios a los no afiliados ni que no se tengan en cuenta las necesidades regionales donde operan las cajas. Lo anterior será uno de los planteamientos que hará el dirigente gremial en el XXII Congreso de Asocajas, que se realizará mañana y el viernes en Cali, dedicado a analizar los alcances del sistema de subsidio familiar en la política social colombiana.
Desde la perspectiva del subsidio familiar, «ahondaremos en el análisis de cómo crecer con equidad», comentó el presidente de Asocajas, quien agregó que «este será el congreso del contenido social». Colombia, observó, ha tenido avances importantes, como el crecimiento económico, pero es necesario trabajar y profundizar mucho más en la redistribución de ese crecimiento, de manera tal que también les llegue a los más pobres.
La naturaleza misma de las cajas de compensación obliga a esa reflexión y a mirar cómo deben participar activamente en ese proceso, aportando la experiencia adquirida en sus 56 años de existencia. Estas organizaciones, presentes en 966 municipios, han apoyado la adquisición de vivienda de los trabajadores afiliados y permitido su acceso a bienes y servicios, como educación, salud, cultura, recreación, que con su solo salario no alcanzarían a comprar, comentó Cobo.
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