La fiebre se les bajó cuando la empresa, y su dueño mayoritario, Inverargos, desmintieron versiones de una posible transacción de venta al grupo brasileño Camargo Correa.
Aún así el título de la cementera subió al final de la sesión bursátil un 1,21 por ciento y el de Inverargos 1,86 por ciento, aunque más atribuido al apetito que existe actualmente por las acciones colombianas.
Mientras que Camargo Correa guardó silenció, Cementos Argos e Inverargos dijeron en un comunicado que enviaron a la Superintendencia Financiera que no hay acercamiento con nuevos socios y tildaron de falsa la versión que difundió un portal de Internet.
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