América Latina crecerá 5,1% este año según el Banco Mundial

Latinoamérica ha retomado el camino de la recuperación en medio de la crisis financiera internacional y tendrá un sólido crecimiento económico del 5,1% en 2010, aunque no todo es «cielo azul» en la región, advirtió el Banco Mundial.

«Esta es una excelente señal de que América Latina está rápidamente regresando al fuerte patrón de crecimiento que disfrutaba antes de la crisis, el más fuerte en décadas», dijo Pamela Cox, vicepresidente de Latinoamérica y el Caribe del Banco Mundial (BM). El voraz apetito de China y de otros mercados emergentes por materias primas de la región impulsó el robusto crecimiento de la región, además de políticas macroeconómicas fuertes y la integración con el mercado financiero internacional.

A la mayoría de los países les ha ido bien en medio del peor colapso económico mundial en más de 70 años, a excepción de Haití y Venezuela, según el organismo multilateral de financiación. Un resultado que ha sorprendido porque en esta ocasión la región no sufrió neumonía cuando comenzaron a estornudar los países desarrollados, dijo a su vez Augusto de la Torre, economista jefe para Latinoamérica y el Caribe del BM. Y es tal su optimismo, que asomó la posibilidad de que el crecimiento económico esté cerca del 6%, al tiempo que destacó el alza que registrarán Brasil, Perú, Uruguay, Panamá, Colombia y Chile.

Cox y De la Torre analizaron los retos y oportunidades de la región en la decimocuarta Conferencia de las Américas, organizada por el diario The Miami Herald con la participación de 500 expertos y funcionarios de la región y de Estados Unidos.

Entre las regiones emergentes, Latinoamérica es la segunda con la más fuerte recuperación después de Asia, afirmó Cox. «La región tuvo un desempeño destacable antes, durante y después de una crisis que no generó, y que en épocas anteriores hubiese causado una caída en picada», resaltó.

Mirando hacia el futuro, dijo Cox, la región probablemente continuará beneficiándose de manera significativa del hecho de ser el «granero y la mina del resto del mundo» y si gestiona de forma eficiente la dependencia de las materias primas puede derivar en beneficios netos. Un ejemplo de ello es Chile, el mayor exportador de cobre del mundo, cuyas materias primas representan más del 75% de sus ventas al exterior. «Es un caso paradigmático. Hace algunos años los líderes de ambos extremos del espectro político del país acordaron ahorrar un porcentaje sustancial de las ganancias derivadas de los altos precios del cobre y gastar el resto de manera prudente», explicó.

Una estrategia que al cabo de cinco años benefició la inversión en innovación al crecer 24% anual y en educación al crear un fondo para becas por US$6.000 millones que este año permitirá a unos 3.000 profesionales estudiar en el extranjero. De la Torre destacó también los beneficios que ha obtenido Chile e instó a la región a seguir sus pasos, aprendiendo a ahorrar la «abundancia» de los ingresos por concepto de las exportaciones de materias primas. «Chile nos da lecciones sobre ese aspecto», señaló el economista.

Latinoamérica puede sentarse a brindar por su despegue económico, pero no por mucho tiempo porque aún necesita trabajar en otras áreas para consolidar el crecimiento, de acuerdo con los funcionarios del BM.

En su agenda tiene pendiente mejorar la diversificación de la economía basada en materias primas para crear más oportunidades y generar mayores puestos de trabajo, lo que a su vez acelerará el crecimiento. Para ello es fundamental mejorar la productividad, emprender reformas legislativas que faciliten el funcionamiento de las empresas, invertir en la infraestructura o modernizar las aduanas.

La innovación es un elemento clave en esa estrategia, dijo Cox, porque en la medida en que la región descubra nuevas y mejores maneras de agregar valor o de crear nuevos bienes, mayor será la probabilidad de que recupere el terreno perdido en décadas anteriores. «Esto puede lograrse mediante una mayor inversión en educación, produciendo el capital humano necesario para dar lugar a la innovación y dedicar un mayor gasto en investigación y desarrollo», precisó la funcionaria.

A excepción de Argentina, Chile, México y Uruguay, «los Gobiernos regionales no han hecho de la innovación una prioridad de sus políticas públicas y nacionales».

Para De la Torre la productividad es la clave y el camino a emprender en este nuevo ambiente económico. «Con una Latinoamérica más estable y menos pobre, existen las condiciones para una buena agenda en el futuro», concluyó el economista jefe para la región del BM.

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