En un informe, la agremiación sostiene que esta burbuja podría perturbar la estabilidad financiera más adelante, cuando la economía retome su crecimiento potencial.
Asobancaria, gremio del sector, aseguró que si bien la reciente baja de tasas de interés del Banco de la República (que las dejó en 3 por ciento) está orientada a reducir el costo del crédito, a incentivar la demanda y a aliviar la carga financiera de los hogares, pero si se contrasta con la pronunciada tendencia al alza de los precios de los activos domésticos en el mediano plazo, se corre el riesgo de contribuir a inflar una burbuja.
En el informe agrega que la incipiente recuperación del crédito y la pausa en el auge de los mercados financieros domésticos, motivada por la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la deuda soberana en los llamados países PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y Portugal), ha hecho posible una mayor laxitud en la política monetaria doméstica, pero el desafío del Banco de la República será comenzar, de forma oportuna, el camino hacia una postura neutral.
Al respecto, Asobancaria insistió en que un estímulo monetario muy prolongado corre el riesgo de ocasionar en el mediano plazo una inflación indeseable de activos que perturbaría la estabilidad financiera de la economía.
Por ejemplo, la tasa de los TES que vencen en el 2020 ha caído cerca de la mitad que la de intervención del Banco central, pues mientras que la primera ha descendido 320 puntos básicos, la segunda lo ha hecho en 700 puntos básicos.
Afortunadamente la valorización de los activos no luce todavía preocupante, ni está acompañada por un auge del crédito?, agrega el informe.
Y es que según la banca, la debilidad de las finanzas públicas y el nerviosismo mundial por el deterioro de los balances y de la solvencia fiscal en todo el mundo, no han permitido que las tasas de largo plazo bajen a la misma velocidad que las del Emisor.
A estabilizar las finanzas públicas
La banca sostiene que el reto para el próximo gobierno está en reforzar la viabilidad de las finanzas públicas en el mediano plazo y la sostenibilidad de la deuda, con el fin de permitir que la baja en las tasas de corto plazo se transmita a las de largo plazo.
«Sólo así el mayor estímulo monetario tendrá el efecto deseado sobre la demanda de crédito de mediano plazo y largo plazo, sobre el gasto de los hogares en bienes de consumo durable y sobre la inversión privada», asegura la agremiación que preside María Mercedes Cuéllar.
Por lo anterior, la banca señala que la generación de mayor confianza en la solvencia pública se da con reformas estructurales en materia tributaria, pensional, de salud pública y laboral, al igual que con la financiación del gasto social.
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