Al evaluar a un candidato para sumarse a tu equipo, analiza aspectos como el lenguaje verbal, corporal y sensorial.
Iniciar una empresa o asegurar su crecimiento exige no sólo contar con un plan de negocios sustentado en proyecciones financieras, también se requiere de una estrategia de capital humano acorde a las necesidades del negocio. Por eso, la correcta selección de colaboradores representa un punto fundamental para evitar una alta rotación, incrementar la productividad de la organización entera y, en consecuencia, hacer exitosa a una compañía.
Para empezar, la forma de seleccionar personal ha cambiado y los elementos para calificar a un candidato ya no se centran solamente en su experiencia profesional, aunque sigue siendo un elemento clave. Hoy, los expertos en Recursos Humanos identifican tres lenguajes a considerar en una entrevista de trabajo y que debes tomar en cuenta para elegir al próximo miembro de tu equipo:
Lenguaje verbal: qué dice esa persona de su trayectoria y en su CV.
Lenguaje corporal: lo que su vestimenta y su postura física dicen del candidato.
Lenguaje sensorial: qué sensación te provoca esa persona; te “late” su forma de ser o te provoca desconfianza; qué te dice tu instinto.
“Como reclutador, comienza por elaborar una lista con los elementos más importantes que el individuo a contratar debe tener (agilidad con las cuentas, extrovertido, buen físico, que sepa cocinar, etc.), así como los criterios de los tres lenguajes que deberá cubrir, pues cada uno tiene su propio peso”, explica Roberto Debayle, coach en la búsqueda de trabajo y desarrollo profesional.
El especialista señala que para evaluar la experiencia técnica lo mejor es el lenguaje verbal. Mientras que para saber cómo responde el candidato ante una situación incómoda –por ejemplo, cuando se le pregunta las razones de su despido, defectos o fracasos–, el lenguaje sensorial es ideal para validar la honestidad de las palabras.
Por su parte, el lenguaje corporal ayuda a determinar cómo sería esa persona en labor de venta o trato con clientes, ya que se puede evaluar si su cuerpo denota apertura o confianza, y no arrogancia en sí misma. Para ello, aquí tienes que analizar cómo se mueve, cuál es la posición de los brazos y piernas, el tono de voz y la correcta dicción.
Sin embargo, “el reclutador debe hacer una evaluación integral: sí, lo que la persona nos provoca tiene un gran peso, pero hay que ser objetivos en cuanto a lo que realmente se necesita cubrir con un candidato y de ahí descartar o sumar elementos a considerar, como la imagen, por ejemplo”, asegura Angélica de la Vega, vocera de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (Amech) y gerente de Relaciones Públicas de Addeco.
¿Un gran escritor… y actor?
Un CV puede decir maravillas de la experiencia de alguien, aunque también existe la posibilidad de que esa información sea falsa. Imagina que el candidato puede llegar y sostener dichas mentiras con una agilidad que incluso te impresione. Para confirmar que está diciendo la verdad, no te quedes sólo en el nivel de las palabras: observa sus movimientos corporales y pon atención en la imagen sensorial.
“Esto de la imagen sensorial son las sensaciones que el candidato despierta en el reclutador. No es una corriente como tal, pero es algo que se está usando mucho a la hora de elegir personal y se trata de analizar lo que la gente proyecta emocionalmente: si es honesta o deshonesta, si es colaborativa o si es una persona tímida que no le gusta trabajar en equipo”, afirma Debayle.
Ahora bien, ¿cómo confirmar la sinceridad del aspirante? Más allá de la sensación que alguien te provoca y en la que tu instinto juega un papel preponderante, hay elementos corporales que te pueden ayudar a identificar las cualidades de una persona. ¿Cómo está vestido? ¿Cómo está sentado? ¿Te ve a los ojos? ¿Cruza los brazos y las piernas? Existen rasgos en el lenguaje corporal que reflejan el profesionalismo de un sujeto, así como su autoestima y la seguridad en su trabajo y en sí mismo.
Para Debayle, “la gente que exagera su gesticulación y movimientos sugiere que es gente insegura y, por ende, esconde cierta arrogancia o protagonismo para disfrazar esa inseguridad. Los brazos y las piernas, por ejemplo, no deben estar cruzados, porque eso denota desconfianza y poca apertura. La sonrisa sugiere que es una persona sincera y honesta, igual que tener un contacto visual constante sin que llegue a ser fijo, sólo que demuestre que está escuchando”.
Dado que nuestro ángulo de visión es de 180° (como de media esfera) se puede ver a la persona a los ojos. También es importante atender la respiración; hay que estar atento y consciente de la respiración del entrevistado, para identificar si hay variaciones o no en ella, ya que ésta debe ser constante y continua, ni rápida ni lenta. Recuerda que alguien que respira con un ritmo determinado está en armonía consigo mismo.
Otros puntos clave son la cara y los gestos que hace el aspirante. Todo él es un conjunto de elementos y es fundamental saber leer cada uno de ellos: currículum vítae, vestimenta, movimientos corporales y faciales, y el tono de voz, que debe tener cierto volumen, ritmo y una articulación perfecta de las palabras.
La cara también habla
La comunicación facial hace un análisis de los gestos y facciones de un individuo para conocerlo y diagnosticar sus habilidades, debilidades, etc. Esto puede ayudar a evaluar mejor a tus nuevos empleados. “Los rasgos de personalidad pueden verse a través de la comunicación facial gracias a los 44 músculos que hay en el rostro y que, al ejercitarse, originan los gestos que refieren las emociones de cada persona, que ayudan a saber cómo es y qué siente”, detalla Renata Roa.
La experta agrega que “las microexpresiones son esos gestos involuntarios que se dan a partir de las emociones, aunque llegan a cambiar con el paso del tiempo. Y sirven para saber si se está diciendo la verdad, pues cuando hablamos debe haber congruencia entre nuestras palabras y nuestros gestos”. Por ejemplo, si el candidato dice que salió muy bien de su último trabajo, la expresión de su cara debe confirmarlo al no reflejar miedo en sus afirmaciones.
Toma en cuenta que la comunicación facial ayuda a sensibilizarnos para saber qué le está pasando al entrevistado, ya que permite identificar las siete emociones básicas que sienten todos los seres humanos: ira, tristeza, desprecio, asco, alegría, sorpresa y miedo. En tanto que la forma de percibirlas es a través de las facciones y de cada parte del rostro.
Aquí una explicación a detalle de algunas partes clave de la cabeza:
Frente. Habla de qué tan racional es la persona (enfocada a los datos duros). Si es una frente muy grande se trata de alguien muy racional y práctico, igual que cuando se tiene una nariz grande. La gente con nariz más pequeña es intuitiva, es decir, muy emocional y sus decisiones están basadas en las emociones y las sensaciones.
Pómulos. Hablan de la autoridad: si están muy arriba y muy marcados, estás frente a una persona muy autoritaria.
Orejas. Hablan de la capacidad de adaptación.
Barbilla. Una cara mucho más suave, sin la quijada tan marcada, refiere a un sujeto adaptable y tranquilo.
Ojos. Si son grandes, habla de individuos emocionales, optimistas y confiables.
De ahí que el rostro de un líder debe tener ciertas características de una persona autoritaria, pero con rasgos de alguien adaptable y emocional. El común denominador es la perseverancia, la capacidad emocional para generar vínculos y su creatividad.
El principal sustento que da el estudio de la comunicación facial a sus argumentos es que la cara no puede engañar a nadie (que abarca desde la línea del cabello hasta la barba). Sin embargo, otros especialistas consideran que el análisis de microgestos es un tanto complicado, debido a que son acciones que se deben medir en microsegundos y no siempre son perceptibles al ojo humano.
Elecciones correctas
Si bien los expertos dicen que es esencial tomar en cuenta los tres tipos de lenguaje (verbal, corporal y sensorial), al final eres tú quien decidirá qué peso darle a cada cosa. “La importancia de la imagen física en realidad depende del tipo de la vacante y hay que darle peso si es que representará a la empresa. Aunque claro, un aspirante deberá cuidar al máximo su presentación en la entrevista, al igual que su postura y forma de hablar. Debe reflejar profesionalismo”, puntualiza Angélica de la Vega.
La vocera de la Amech y gerente de Relaciones Públicas de Addeco asegura que para aquellos que no tienen experiencia reclutando personal, la recomendación es asesorarse con consultores en recursos humanos o bien, buscar literatura sobre el tema o videos en línea.
“Para las pequeñas y medianas empresas es mejor dejar el proceso de selección en manos de los expertos, ya que el margen de error se reduce considerablemente, igual que la rotación de personal”, añade. También hay cursos para aprender más sobre Comunicación Facial y otros elementos a considerar en el reclutamiento de empleados para tu negocio.
Lo cierto es que tú mejor que nadie sabe qué es lo que necesitas en tu empresa y qué necesidades cubrirás con la incorporación de tu nuevo colaborador. Sólo recuerda que una vez que hayas encontrado a la persona ideal, el siguiente paso es crear las condiciones para hacer que permanezca a tu lado.
El valor de las palabras
Si son escritas en un CV, no deben tener faltas de ortografía.
Si son orales, no usar muletillas: “este”, “si”, “¿no?”, “eh”, pues reflejan que la persona no tiene un razonamiento lógico y estructurado.
Los prolongados espacios en silencio aluden a que el entrevistado está comprando tiempo, ya sea para mentir o porque no se ha preparado lo suficiente para expresar sus fortalezas y habilidades.
El vocabulario es fundamental: refleja qué tan culta es la persona, porque a mayor número de palabras en su lenguaje se comprende que es alguien interesado en su preparación y que lee.
Las respuestas deben ser estructuradas, coherentes, concisas, correctas y lógicas.
Fuente:
Claves de una entrevista laboral efectiva