Hacer una pausa y comunicarse con los compañeros eleva el rendimiento laboral, según el MIT; más que la cafeína, la pausa que se dan los empleados para interactuar, los mantendría motivados.
«¡Un café para despertar!» Resulta ser una frase común en las oficinas. Más allá del hábito, hacer una pausa de este tipo puede incrementar la productividad laboral, advierte una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
El coffe break puede incrementar el rendimiento laboral en 8%, concluyó el Laboratorio de Comportamiento Humano (Human Dynamics Laboratory) del MIT tras analizar esta dinámica en call centers de Estados Unidos.
La cafeína por sí misma no aumenta la productividad, sino el hecho de generar una pausa y comunicarse con otros integrantes del equipo, detalló el director del Human Dynamics Laboratory, Alex Pentland.
El estudio reveló que la interacción en un espacio ajeno a una sala de juntas se relaciona positivamente con la productividad. El laboratorio otorgó a los empleados equipos electrónicos para medir tono de voz y lenguaje corporal -entre otros elementos- mientras platicaban en su receso. Los resultados arrojan que la energía del colaborador mejora cuando se le permite poner un alto en un momento del día, refiere Pentland.
Este break puede ser productivo, «sobre todo si considera que las jornadas laborales en México son muy extensas, más que en otros países», indica Gabriel Fuma, gerente en Grupo Vipal, empresa que fomenta esta actividad.
Aunque la oficina donde labora el ejecutivo es una filial y el equipo de trabajo no es grande, tienen un espacio destinado al coffe break.«Intentamos mantener un ambiente más relajado y donde todos se comunican, cada uno maneja esa pausa como mejor le parece. Lo importante es tenerla», comenta.
En Vipal también se tiene la práctica de comer juntos una vez por semana. La interacción es uno de los factores para aumentar la productividad, junto con el compromiso (crear engagement). De acuerdo con el estudio del MIT, si hay acciones para mejorar esos componentes, incrementa el rendimiento.
Sin embargo, la especialista en temas de comunicación organizacional Maritza Sotelo añadió que este descanso también puede aumentar la desorganización en los espacios de trabajo, ya que pocas empresas promueven herramientas para priorizar actividades. Una medida para que el break funcione es acotar a ciertos espacios y horarios, según la carga laboral y las características de la organización.
Vincularse se ha convertido en un medida clave para aumentar el rendimiento. Puede ser un café o dar tiempo a los empleados para saludar a un compañero de otra área. Esa fue la dinámica que impulsó la empresa Cassidian, fabricante de sistemas aéreos militares y tecnologías de radar, que este año ocupó el primer lugar de Súper Empresas 2013 en la categoría de menos de 500 empleados.
El ejercicio, que duró cuatro meses, consistía en saludar cada mañana a un compañero de otro piso en la organización. «Ver a la persona a los ojos, hablarle, eso facilita las cosas del día a día. Los ingenieros, por ejemplo, son más tímidos y esto ayudó a la comunicación. Veías fluir la emoción entre los colaboradores conforme pasaban los días», cuenta la directora de recursos humanos de Cassidian SCS, Lizbeth Miles.
¿Sí ayuda el café?
Hace falta más que un café americano para subir la productividad, pero un sorbo de esta bebida no estorba. Dos tazas (200 miligramos) mejoran la capacidad de reacción y atención, describe un estudio del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta de la Universidad de Barcelona.
La cafeína influye en el sistema nervioso, permitiendo aumentar la capacidad de atención y percepción. Además, mejora el tiempo de respuesta y la memoria a corto plazo, de acuerdo con un informe de la Escuela de Salud Pública y Medicina de Londres.
Los especialistas, sin embargo, alertan sobre la «cafemanía«. Su consumo en exceso aumenta la producción de jugos gástricos, lo que empeora cualquier problema estomacal y en algunos casos se prestan taquicardias, ejemplifica la nutrióloga de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, Georgina del Ángel.
¿Cuáles son los límites? Depende del estado de salud del empleado, pero en general hay tres niveles de consumo: bajo (menos de 200 miligramos de cafeína al día), moderado (entre 220 y 400) y excesivo (más de 400), refiere el Centro de Investigación en Barcelona.