Este gran inventor marcó el camino de la tecnología en el siglo 21 y dejó varias lecciones (y retos) para los emprendedores.
Steve Jobs (1955-2011), patriarca de la nueva era computacional y prolífico creador de gadgets, dio prueba de que un sueño sólo vale en la medida en que se ve concretado en la realidad. Murió a los 56 años el pasado 5 de octubre tras una lucha feroz contra el cáncer. “Steve te hacía sentir que eras parte de las revoluciones que cambiarían al mundo y entendías que el futuro era posible”, cuenta de su experiencia con él Ricardo Shahin, coach de negocios y director general de Apple Computer Mexico a finales de 1990.
Según las propias palabras del tecnólogo californiano, el mejor momento para hacer de un negocio el motor de cambio es el “ahora”. “Steve hacía que las cosas sucedieran”, señala Shahin. “Y legó a su personal el know how. Él no tenía que estar para que las cosas se ejecutaran”.
La aportación de Jobs consiste en el concepto íntegro de Apple, la marca más prestigiada de computadoras de lujo y alto rendimiento, donde la innovación no es un valor, sino la esencia de un corporativo que él diseñó a semejanza de sus expectativas. “Lo que hacía es que contagiaba esa mística, el amor y el deseo de hacer todo por la marca”, continúa Shahin.
“Recuerdo un póster”, dice Pablo Pozo, director de Marketing del Interactive Advertising Boureau (IAB) México, “de Apple con Einstein sosteniendo una manzana y el slogan Think different, y me pregunté ‘¿cómo voy a pensar diferente?’; eso sembró la semilla de su visión en mí, cambió mi forma de ver el mundo, de hacer las cosas”, asegura.
A diferencia de Bill Gates, que se volvió multimillonario con productos que solucionaban problemas del presente, Jobs siempre trabajó en computadoras que debían verse como uno se imaginaba el futuro. Esto fue posible gracias a que su diseño de productos es único. “Si tienes las cajas de Apple en las manos no quieres romperlas”, señala Gabriel Martínez Meave, director general de la agencia de diseño Estudio Kimera. “La experiencia con estos productos es de enamoramiento por su alta calidad gráfica”.
“La visión de negocio del inventor de Apple ha impulsado el desarrollo de nuevos esquemas para el ecosistema digital y la interactividad empresarial”, argumenta Pozo. Pero cuidado: el sueño de Jobs no podía realizarse con un modelo tradicional de negocio. Por eso, sigue sus pasos si tu proyecto tiene como finalidad crear algo que nadie antes se hubiera imaginado necesitar, si es capaz de inventar hábitos de consumo e impactar toda una cultura.
Del garaje al Apple Campus
En la década de 1970 había dos horizontes para el emprendedor: la riqueza y la transformación del mundo. El ex CEO de Apple buscó el segundo y consiguió el primero. Su prosperidad sólo le importaba en la medida que podía contar con recursos para crear nuevos conceptos tecnológicos.
Su historia comienza con Steve Wozniak en el lugar favorito de los emprendedores estadounidenses: un garaje de los suburbios en California, EE.UU. En 1976 fundaron Apple Computer Company. Pero la estrategia agresiva de difusión que Jobs tenía desde entonces le permitió que en 1980 su empresa se volviera un fenómeno público. Así que en ese año estableció sus operaciones en la ciudad de Cupertino, California, pasando del garaje a un centro de desarrollo.
En 1982, con apenas 27 años de edad, se consolida como icono de la innovación. Si bien Jobs no era un ingeniero de hardware ni un programador, él se consideraba líder en tecnología. Era el mánager de su equipo, la cabeza creativa. “Steve era un hombre de mercadotecnia, que sabía que innovar es ir más allá de agregar valor; planeaba el qué, cómo, cuándo, dónde y con quién lo iba a hacer”, agrega Shahin.
Pero al inicio, su constante intromisión en los pequeños detalles técnicos enloqueció a los socios y ocasionó problemas por imponerse en asuntos que no le correspondían. Así que el CEO que el propio Jobs contrató para su compañía, John Sculley, lo obligó a renunciar en 1985; a lo que respondió con la fundación de NeXT Computer Inc.
El problema durante la primera gestión de Apple fue que Jobs no entendió que él no era la empresa. De ahí que NeXT también se encontró al borde de la quiebra en 1995. Esto le dejó una lección para su futura carrera de CEO: respaldarse con una estrategia integral que conjugara los talentos de cada persona de la compañía.
Apple Computer adquirió en 1996 a NeXT por US$400 millones con el fin de actualizar el sistema operativo de Macintosh. El resto es una carrera de éxitos personales para Jobs de la mano de Apple. En 2007 la revista Fortune lo etiquetó como la persona más poderosa del mundo de los negocios, y en 2009 lo eligió como el empresario de la década.
En el ranking de CNNMoney.com, Apple encabeza el listado de las 50 empresas más admiradas por la cúpula empresarial. ¿La razón? Una racha creativa que concibió a nuevos consumidores y destapó mercados: la introducción al mercado retail –pasando de Cupertino al resto del mundo–, el iPod, iPod touch, iPhone, iTunes y el iPad.
Con el fin de proteger su legado, Jobs inició en 2004 un entrenamiento interno para sus ejecutivos, para mantener el estilo de su dirección. La culminación del proyecto consiste en un ambicioso complejo arquitectónico, al que se le llama Apple Campus, para mudarse de Cupertino a Silicon Valley. Ahí se concentrarán 13,000 empleados para desarrollar tecnología y estrategias de mercado.
“Siempre he dicho que si alguna vez llega el día en que ya no pueda cumplir con mis funciones como CEO de Apple, yo seré el primero en hacerlo saber”, dijo Jobs en una carta publicada por la empresa en agosto de este año. “Por desgracia, ese día ha llegado”. Unas semanas más tarde, el mundo tendría que lidiar con su ausencia.
“No sólo se perdió un innovador, se perdió un líder”, sentencia Shahin. “Se perdió un motor, una fuente de energía poderosa que generaba cambios”. Por su parte, David Geisen, de ClickOnero, afirma que “todavía nos falta ver en perspectiva cómo impactó al mercado on line; porque Steve concebía de otra manera las cosas, y seguro sabía algo que aún no entendemos del mundo digital”. Mientras que José Carlos García de Letona, de la productora Ánima Estudios, opina que esto se debe a que para Jobs “el desarrollo tecnológico siempre estaba al servicio de la historia”.
Las generaciones por venir agradecerán el hecho de vivir en el mundo que Steve Jobs ayudó a hacer posible. En tanto que los emprendedores se lo agradecerán al morder la manzana de la empresa que construyó desde un sencillo garaje.
El impacto de la manzana
Para algunos puristas de la informática, el cerebro que creó las Macintosh fue Wozniak. Pero Jobs revolucionó la forma de hacer negocios tecnológicos, registrando durante su dirección 317 patentes que impactaron diversas industrias.
Computación personal. Desde la Apple I hasta la MacBook Air, Mac mini, iMac y Mac Pro, el concepto de computadora personal cobró un sentido de vanguardia computacional, al grado de hoy formar parte de la mayoría de los hogares en Estados Unidos. Esta innovación cerró con broche de oro su primera época al lanzar en 1984 la Macintosh, la primera computadora personal con teclado, mouse, pantalla y gráficos claros y sencillos, compitiendo con IBM a pesar de ser una empresa en proceso de crecimiento.
Industria musical. El iPod vino a desbancar al Walkman y al MP3. Al primero por ser más práctico y menos estorboso, y al segundo porque otorgaba los mismos beneficios de manera legal y con mayor calidad. Así, Apple comenzó a despedirse gradualmente del CD. La creación de iTunes representó una de las primeras revoluciones digitales del momento que, sumadas al iPod, cambiaron los hábitos de consumo en la industria musical. La llegada de The Beatles a iTunes dejó fuera de la jugada al sello discográfico EMI, dotando de nueva vida a la tienda en línea y colocándola como el nuevo estandarte de la industria musical.
Cine. Mientras dirigía la compañía NeXT Computer, compró un proyecto del director de cine George Lucas y reunió a un equipo de científicos, artistas y animadores que se convirtió en Pixar Animation Studios. Su primera obra, Toy Story (1995), le valió varios premios Oscar a la excelencia artística y tecnológica, e hizo de la animación por computadora una forma nueva de la cinematografía.
“El impacto de Pixar también se ve reflejado en la parte tecnológica de las películas, siendo los pioneros en largometrajes CGI e innovando y perfeccionando en cada nueva producción los resultados y procesos técnicos”, explica José Carlos García de Letona, vicepresidente ejecutivo de Ánima Estudios, productora mexicana que participó recientemente en la película animada Don Gato (2011).
e-Commerce. “Él cambió la manera de comprar y vender en Internet a través de la popularización de los micro-pagos con el iPod y iTunes”, dice David Geisen, CEO de ClickOnero, empresa dedicada a la venta en línea de cupones de descuento. Gracias a iTunes, el mercado legal de venta de música por Internet creció un 80 por ciento.
La existencia de estas plataformas “hoy permite comerciar con herramientas creativas sólo de uso digital, como las aplicaciones”, afirma Geisen. Que se hiciera de forma tan profesional y con tan altos estándares, “facilitó que el consumidor empezara a confiar en los formatos de compra on line”.
Dispositivos móviles. El fracaso del New20ton –asistente digital personal (PDA) comercializado entre 1993 y 1998– ante el ascenso de la Palm propuso un nuevo reto para Jobs, que lo llevó al desarrollo del iPod touch y al iPhone –el smartphone por excelencia y el más propositivo en conceptos de interacción con el usuario–. Su ventaja es integrar canales de comunicación –telefonía celular, mail, mensajería instantánea, redes sociales, chats– con propiedades de entretenimiento del iPod –música, videos, videojuegos, unidad de almacenamiento de datos, aplicaciones, etc.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/