¿Cómo ser competitivos de cara a la integración Mila?

En la columna anterior hice un análisis sobre las comisionistas de Bolsa en los mercados de Colombia, Chile y Perú, los cuales adelantan un proceso de integración. En esta columna deseo plantear dos estrategias concretas para incrementar la competitividad de las comisionistas colombianas de cara a la integración: reducción de los costos de operación y ajustar los modelos de comisiones de los corredores de Bolsa.

Los costos de realizar operaciones en el mercado accionario de nuestro país son muy altos y este el primer gran aspecto a evaluar. Por ejemplo, la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) cobra $2.000 pesos por cada operación, más un costo variable que puede oscilar entre el 0.025% y el 0.02% según el monto de la operación.

Por ejemplo, si un inversionista hace durante un mes 20 operaciones de $100 millones, esas 20 operaciones tienen un costo de bolsa de $500.000 pesos. Para recuperar el costo de transacción y otros gastos asociados, el corredor de Bolsa cobra al inversionista una comisión cercana al 0.5% del monto de las operaciones. Es decir, el cliente pagaría en comisiones $10 millones, esto es el 10% del total de su monto invertido.

A todas luces es irracional que la décima parte de una inversión en Bolsa se destine  a cubrir costos. Es por esto, que los inversionistas prefieren realizar pocas operaciones y rotar poco su portafolio en nuestro país, generando iliquidez en el mercado.

Una operación de $100 millones en la bolsa de Brasil o Nueva York, a través de diversos brokers o plataformas,  tiene un costo inferior a $10.000, cuando en Colombia solamente la BVC ya cobra $27.000 por cada transacción y el comisionista le cobra al cliente cerca de $500.000.

En esta materia, la BVC ya dio un primer paso muy importante y es que todas las operaciones inferiores a $10 millones no tienen costo variable sino solamente el fijo de $2.000, ahora debemos trabajar en eliminar completamente el costo variable y dejar un costo fijo por cada operación, como sucede en los mercados desarrollados.

Al bajar los costos de transacción, los corredores de Bolsa bajarían también las comisiones al cliente, y de esta forma se incentivaría la realización de más operaciones.

En Colombia cada año se hacen 600.000 operaciones en acciones, una cifra muy inferior comparada con Chile (1.7 millones de transacciones), México (8 millones) p Brasil (85 millones). Y esto se explica porque en estos países son más bajos los costos de transacciones.

Entonces corremos el riesgo que los propios inversionistas colombianos prefieran hacer operaciones en los mercados de Chile y Perú porque los costos son inferiores.

El segundo aspecto a trabajar es el de revisar los esquemas de bonificación de los corredores de Bolsa.

Los ingresos de los comisionistas de Bolsa dependen de la cantidad y el volumen de las  operaciones que realice su cliente / inversionista. Es decir, un corredor puede asesorar a un cliente que tenga inversiones por $10.000 millones, pero si ese cliente no realiza operaciones en todo el año, el comisionista no percibirá ningún ingreso de ese cliente.

Este modelo tiene dos grandes problemas: el primero es que el corredor de Bolsa se concentra únicamente es sus clientes grandes, dado que son los que le generan los ingresos para alcanzar las metas comerciales.

Entonces sucede con frecuencia que un corredor de Bolsa asesora a 100 inversionistas, pero en cinco de ellos está el 90% de sus comisiones. Así, el comisionista concentra la atención en esos clientes y pierde interés en los otros 95.

Esto se debe a que la comisión se basa principalmente en el volumen, y allí es donde “pierden importancia” los inversionistas con capitales inferiores a $10 millones. ¡Porque en Colombia aunque  hemos entendido la dimensión y potencial del mercado masivo, retail o de personas naturales, aún no encontramos los mecanismos para incentivar este segmento!

El segundo problema de los modelos de compensación es que el ingreso para el corredor no está relacionado con las ganancias o pérdidas del cliente al cual asesora. El corredor recibe ingresos por las operaciones que realiza el inversionista, sin importar si el cliente obtienen rentabilidad o pérdidas por sus inversiones.

Y en este punto creo que las firmas comisionistas podrían pagar una parte de las bonificaciones de los comerciales, teniendo en cuenta el incremento del capital y patrimonio de sus inversionistas asesorados. El comercial hoy día recibe (a través de la bonificación) cerca del 25% de los ingresos que genera, en el nuevo esquema que propongo, cinco puntos porcentuales de ese 25% deberían ser por generar utilidades a los inversionistas.

De esta forma, habrá mayor incentivo hacia los comerciales que generan ganancias a los inversionistas y no por comerciales que simplemente realizan muchas operaciones, sin importar el resultado final de las mismas.

Fuente:

¿Cómo ser competitivos de cara a la integración Mila?

http://juancarlosortizinversiones.wordpress.com/