Uno de los derechos laborales que más aprecian los trabajadores son los aguinaldos. Esto nos pone una mejor perspectiva económica para el cierre de este año y el inicio del próximo. El problema es cuando echamos mano a ese dinero sin siquiera, haberlo recibido.
Esto es muy frecuente, ya que pocas personas tienen el hábito de planificar sus finanzas.
En los negocios, las entradas y salidas de dinero se consideran en la contabilidad hasta que son realmente efectivas. Esta política es la que debemos de seguir en el presupuesto familiar y personal, por lo que no debemos de anticiparnos a gastar el dinero antes de tenerlo. Esto mismo aplica en todo tipo de ingresos (aguinaldo, bonos, reparto de utilidades, la venta de un auto o una casa, herencias, rendimientos o liquidación de inversiones).
Primero las deudas
El primer objetivo que debemos cubrir al recibir cualquier dinero adicional al que recibimos mensualmente es el pago de deudas. De hecho, este es el destino que más frecuentemente tiene el aguinaldo.
El financiamiento debe servir para aprovechar oportunidades para las cuales no contamos con el efectivo suficiente en ese momento, o como medio de pago mediante el cual podamos aprovechar los planes de lealtad que brindan las entidades financieras. La cuestión es evitar que el dinero se vaya en pagar intereses, en vez de aprovecharlo en cosas más beneficiosas.
Hay gente que compra sus regalos navideños “aprovechando” las ofertas que presentan los bancos en sus tarjetas de créditos, y es bueno beneficiarse de este tipo de promociones, pero el problema es que pasarán los años y continuarán pagando los obsequios de las navidades anteriores.
Para el caso, debemos siempre evaluar el costo que implica el uso del crédito y asegurarnos de que el beneficio del gasto sea mayor al tiempo que tardaremos en pagarlo; si te vas a tardar más en pagar que en disfrutar, entonces lo mejor es no gastar.
Arreglos en casa
A veces nuestra casa requiere de algunos arreglos o remodelaciones y el aguinaldo constituye una buena oportunidad para hacerlos. Aquí no debemos escatimar, ya que se trata de nuestro hogar y las mejoras que hagamos al final resultarán en darle valor a nuestro patrimonio.
En este sentido, revisemos las instalaciones de agua, luz y gas, ya que puede haber fugas o averías que no se ven a simple vista, pero que derivan en el desperdicio de estos servicios o en daños a los aparatos electrónicos y muebles.
Feliz Navidad
Las fiestas decembrinas son las festividades más costosas de todo el año. La cena navideña y los regalos exigen de una cantidad que en ocasiones llega a duplicar el promedio gasto mensual y muchas veces consumen el aguinaldo en su totalidad.
Recordemos el objetivo de la Navidad y tengamos mayor convivencia con familiares y amigos. Convengamos una cena en la que todos los invitados tengan una aportación, de tal forma que todos se vean involucrados y, por lo tanto, los gastos serán mucho menores. Enseñemos a los niños a desarrollar algunas capacidades manuales de tal forma que inviertan tiempo y dedicación en sus regalos o para los adornos de la casa, en vez de dinero.
Si vamos a tomar parte de nuestros beneficios monetarios de diciembre para hacer frente a los gastos de esta temporada, entonces establezcamos un porcentaje definido (25%, por ejemplo) y no nos pasemos de ahí.
Ahorro e inversión
No importa qué queramos hacer con nuestro aguinaldo, siempre debemos destinar una buena parte al ahorro y la inversión (al menos 20%). Este dinero puede abonar a dos objetivos: fondo de contingencias y objetivos financiero de mediano y largo plazo, señala el economista César Aristimuño.
Para el caso del fondo de contingencias, la idea es acumular de tres a seis meses mínimos de ingreso familiar mensual. El dinero que esté destinado a este fin lo puedes colocar en instrumentos financieros de muy bajo riesgo y que te den una liquidez inmediata, como una cuenta de ahorros. Aun cuando en Venezuela, este dinero perdería cierto poder adquisitivo por efecto de la inflación. Es importante entender que el dinero del fondo de contingencias debe estar siempre disponible (para emergencias, por supuesto), aunque no gane altos rendimientos, pero se debería reponer semestralmente la perdida por efecto de la inflación.
Los objetivos financieros de mediano y largo plazo son aquellos en los que podemos trabajar a lo largo de cinco años o más, como la compra de un auto, la inicial para una casa, los estudios universitarios de los hijos o para vivir un retiro con la menor cantidad de preocupaciones posibles. Para eso, contar con un capital inicial como el aguinaldo nos da acceso a instrumentos con mejores expectativas de ganancia.
Si no encuentras el camino de cómo iniciar esta planificación, es importante que acudas con un asesor financiero para que te ayude a definir tu perfil de inversionista, y conozca tus objetivos financieros para que juntos establezcan una estrategia de inversión que te lleve a lograr todas esas metas.
Tú sabes qué haces con tu dinero adicional recibido en diciembre, solamente piensa que en el año no es común recibir grandes cantidades de dinero, así que esta puede ser tu oportunidad para tener una base de ahorro. Verás que con el tiempo, te será de gran beneficio.
Fuente: www.bancaynegocios.com