Uno está conversando con alguien cuando de repente los ojos de esa persona descienden a su teléfono o se mueven para ver a otra persona.
Parece que está sucediendo más que nunca —en reuniones, en la mesa, incluso en fiestas íntimas— y hay señales de que el declive del contacto visual es un problema creciente.
Los adultos hacen contacto visual entre 30% y 60% del tiempo que dura una conversación normal, indica la empresa de análisis de comunicaciones, Quantified Impressions. Pero la firma de Texas dice que la gente debería hacer contacto visual entre 60% y 70% del tiempo para crear una sensación de conexión emocional, según su análisis de 3.000 personas hablando con individuos y grupos.
Una barrera para el contacto es el uso de los dispositivos móviles. Entre los veinteañeros, «ya casi se ha vuelto culturalmente aceptable responder llamadas durante la cena», o echar un vistazo a los marcadores de fútbol, afirma Noah Zandan, presidente de Quantified Impressions. (Un amago común, enviar mensajes de texto mientras uno mantiene contacto visual, no solo es difícil sino que también es percibido como falso).
Algunos psicólogos hablan del «miedo a quedarse al margen» de oportunidades sociales, según un estudio publicado este año en Computers in Human Behavior. Los adultos jóvenes que están insatisfechos con su vida o relaciones se sienten obligados a revisar sus aparatos móviles repetidamente para ver las oportunidades sociales que se están perdiendo, incluso cuando no las disfrutan, según el estudio.
Debido a la tendencia hacia el trabajo desde casa u otros tipos de trabajo remoto, la gente se ha acostumbrado hablar sin hacer contacto visual, señala Dana Brownlee, fundadora de Professionalism Matters, una empresa de capacitación corporativa en Atlanta. Brownlee menciona a un gerente en una compañía de servicios financieros en Carolina del Sur que empezó a ofrecer premios para que sus empleados se reunieran en persona. «La gente se estaba comunicando para reuniones telefónicas desde cubículos que estaban literalmente a unos cuantos pasos», anota.
Pero el contacto visual puede ser una herramienta para influenciar a otros. Mirar a un colega mientras uno habla transmite confianza y respeto. Un prolongado contacto visual durante un debate o un desacuerdo puede manifestar que uno mantiene su postura firme. También indica su lugar en la cadena alimenticia: la gente con estatus alto tiende a mirar por más tiempo a la gente con la que está conversando, comparado con otros, señala una reseña de investigación en la revista académica Image and Vision Computing.
Cuando la gente no hace contacto visual por descuido o falta de respeto, revela mucho. Suzanne Bates, autora de Speak Like a CEO (algo como Hable como un presidente ejecutivo), ha capacitado a ejecutivos que revisan sus teléfonos tan seguido durante reuniones que «es equivalente a estar ausente durante la mitad de la reunión», afirma. Los empleados reciben el mensaje de que no son tan importantes y normalmente lo resienten, pensando, «Estoy igual de ocupado que el presidente ejecutivo. Simplemente tengo cosas distintas con que lidiar», expresa Bates, presidenta ejecutiva de Bates Communications, en Massachusetts.
Mantener el contacto visual funciona de manera optima por 7 a 10 segundos en una conversación de dos personas, y de 3 a 5 segundos en un grupo, indica Ben Decker, presidente ejecutivo de Decker Communications, una firma de capacitación y consultoría en San Francisco. Decker, cuya empresa tiene 34 años, dice que la gente que desvía su mirada demasiado rápido, o evita el contacto visual por completo, es a menudo calificada de «no confiable, sin conocimientos y nerviosa». Alguien que habla a un grupo necesita mirar a varios de los interlocutores para que nadie se sienta olvidado o privilegiado.
Cuando la ejecutiva de capacitación de ventas Lisa Contini consultó a Decker para mejorar sus aptitudes de comunicación, descubrió que el contacto visual era un punto clave. Solía bajar o cerrar los ojos durante conversaciones. «Hacía una pausa para formular lo que quería decir, pero era percibido como que no sabía que decir», expresa.
Verse a uno mismo en video puede ayudar a detectar si hay problemas. Kiran Bhageshpur, un vicepresidente de ingeniería en una empresa de Seattle, intentó hacer eso durante una sesión de capacitación con Decker. Se percató que cuando no tenía certeza sobre un tema que abordaba, «instintivamente no hacía contacto visual, y eso se percibe como algo negativo», indica. Cambió sus hábitos y desde entonces ha facilitado que 30 de sus subordinados en su equipo de liderazgo reciban una capacitación similar.
Demasiado contacto visual también puede causar problemas. En el trabajo, mantener el contacto visual por más de 10 segundos puede parecer agresivo, vacío o inauténtico, afirma Decker. En el contexto social, podría ser considerado como si tuviera interés romántico, o simplemente raro. Un estudio publicado este año en la revista académica Applied Neuropsychology: Adult halló que los interrogadores que fijaron su mirada firmemente en los ojos de los participantes mientras les hacían un examen los desconcertaron tanto que su desempeño de la memoria a corto plazo se vio afectado.
Fuente:
Deje de mirar el teléfono y haga contacto visual