¿Desperdiciamos tiempo?

¿Desperdiciamos tiempo?

Se dice que el tiempo es el único recurso que todos tenemos por igual, sin ninguna distinción de clase social, sexo, religión, edad, nacionalidad, etc. No obstante, es continua nuestra queja de que andamos demasiado ocupados y la frase típica: “no tengo tiempo”. La repetimos de forma automática, y peor, la creemos. Pero veamos algunas de las situaciones para ser conscientes de si es verdad o es un simple sofisma aprendido.

Los humanos contamos a diario con 24 horas,  1.440 minutos, 86.400 segundos. La pregunta es: ¿Utilizamos bien o desperdiciamos nuestro tiempo? Sin duda, habrá diversidad de respuestas. Lo gastamos trabajando, durmiendo y en nuestras actividades personales. Las dos primeras opciones son ineludibles. Entonces: ¿Qué hacemos de productivo en nuestro tiempo libre? Muchos reaccionarán con incomodidad, pero hace parte de la toma de conciencia, el diagnóstico.

Quienes lo usan eficientemente lo dedican a formarse, estudiar, aprender, capacitarse, y también a divertirse. No tienen excusas que por estar demasiado ocupados no puedan ir a cine, pasear, hacer deporte, nadar, bailar, leer, etc., todos estos pasatiempos necesarios para una vida sana y equilibrada. La vida es integral, el trabajo arduo necesita un complemento como el descanso, parar y recuperar energías, evitando la fatiga y el agotamiento físico y mental. El mejor borrador del mundo es una noche de sueño placentero.

Otros individuos argumentarán que el tiempo libre es para no hacer nada, para quedarse en casa especialmente viendo televisión. Distracciones en la actualidad hay muchas. Redes sociales, partidos de fútbol a diario, ciclismo, concursos, novelas, realities, etc. El menú es variado. Nos quejamos de que el tiempo pasa más rápido que antes, y decimos como el humorista: prácticamente ya se acabó la semana, el mes, el año. Pero: ¿Es verdad? Como lo dijo el sabio Séneca: “Siempre estamos quejándonos de que nuestros días son pocos y actuando como si no se fueran a terminar”.

Se ha dicho que para aprender es imperativo desaprender. No es fácil. Una herramienta a probar útil es la “Dieta Hipoinformativa”, descrita en su libro Semana Laboral de Cuatro Horas de Timothy Ferris. Hace referencia a lo selectivos que debemos ser con la información diaria. Propone por una semana: no periódicos ni revistas, no sitios web de noticias, no televisión, ni lectura innecesaria. Le agrego, no chismes. ¿Qué hacer entonces con todo ese tiempo de sobra? Cada uno dentro de sí tiene las respuestas.

Pululan permanentemente distractores que consumen nuestro tiempo. Son verdaderos vampiros. Se han vuelto un hábito, una rutina, una costumbre, una repetición. Estar informados es necesario, pero debemos ser selectivos con el tipo de información. Basta con ver los titulares de los noticieros de televisión y algunos periódicos para obligarnos a “hacer dieta”.

Una pregunta necesaria: ¿Cuantas horas a diario pasamos frente al televisor, en las redes sociales o malgastando nuestro tiempo?

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¿Desperdiciamos tiempo?

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