Dime con quién andas.

Es frecuente que nos preguntemos como nos está yendo en la vida. Es una pregunta a veces compleja, puede enfrentarnos a nuestro verdadero “Ser”. La respuesta encierra las cuatro áreas fundamentales de nuestra vida: personal, familiar, social y humanística – trascendental. Sin duda, el verdadero éxito y felicidad gravitan en relación a la armonía que vivamos en estas esferas. Se requiere integridad.

Puede haber éxito en lo social (trabajo, educación, finanzas, amigos, relaciones, etc.), pero descuidado lo familiar, o lo personal (salud, nutrición). Rodearnos de personas claves es sin duda muy valioso. Trátese de amigos de trabajo, jefes, profesores, mentores, e incluso, la pareja. Estas personas pueden impulsarnos como cohetes o hundirnos como rocas lanzadas al mar. He ahí la necesidad de ser cuidadosos en elegir con quienes pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.

El desarrollo y crecimiento personal dependen sustancialmente de nuestro entorno. En el campo económico, expertos afirman que nuestro futuro en cinco o diez años obedece a tres aspectos. Las personas que frecuentamos, los libros que leemos y la música que escuchemos. En finanzas personales, se habla del efecto que ejercen las cinco personas con las que más tiempo pasamos.

Se sugiere que hagamos el ejercicio de tomar los ingresos, sumarlos y dividirlos por el número de esos cinco amigos. Un promedio de ingresos. Se asegura que nuestros ingresos “los personales”, estarán cerca a ese promedio, por encima o por debajo en un 10%. Ejemplo: Luis $6.000.000, Patricia $4.000.000, John $5.500.000, Cesar $3.000.000, Tatiana $3.500.000, y Pedro $8.000.000. Total salarios: $30.000.000. El promedio: $5.000.000. Lo que significa que nuestros ingresos estarán entre $4.000.000 y $6.000.000.

En el campo profesional, laboral, es similar. La tendencia es a relacionarnos con personas afines, generalmente con profesiones similares a las nuestras. Recomiendan los entendidos salir de nuestra zona de confort. Prepararnos y capacitarnos. Conocer gente nueva. Los mejores escenarios son los conversatorios, seminarios, conferencias, ruedas de negocios, networking, redes sociales, etc. Focalizarnos en aprender de otros que han logrados y demostrado resultados tangibles. No solo llenarnos de teoría y conocimiento. Para ello, debemos estar dispuestos y preparados para aprender, escuchar, y “vendernos muy bien”.

Existe un gran ejercicio denominado: “El Discurso del Ascensor”. Es enseñado actualmente en la Escuela de Negocios de Harvard. Te encuentras en el ascensor con un personaje que admiras y que te puede ayudar; cambiar radicalmente tu vida. Sea un multimillonario, inversionista, empresario, presidente de tu empresa, el Presidente de la República, un genio, etc. Se tiene solo 60 segundos o menos. ¿Qué le dirías? ¿Cómo te venderías? ¿Dices algo o prefieres callar? Creo que a muchos nos ha pasado. Sin duda, un gran reto. No se limita a un ascensor, por supuesto. Puede presentarse al ir caminando por la calle, en una reunión, un avión, etc. Hacerlo podría cambiar tu vida para siempre. No hacerlo, simple, no pasaría nada.

Se dice que el éxito no depende de lo mucho o poco que sabemos, de nuestros conocimientos o habilidades, sino de “Quienes nos conocen” y “Como nos vendemos“.

Es imperativo preguntarnos: ¿Me estoy rodeando de las personas correctas? ¿Con que personas paso mi mayor parte del tiempo?. Quizá deba hacer algunos cambios.

Fuente :

Dime con quién andas.

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