El 2011 comenzó retador: he aquí las claves de lo que está en juego

El panorama internacional ha progresado y 2011 comienza con una mejora en los augurios. Tanto es así que hace menos de dos meses, la pregunta común era cuál sería el efecto del crecimiento mundial sobre precios de materias primas y la desaceleración de América Latina frente a 2010, así como el interrogante de si estos eventos tendrían alguna implicación sobre la inflación y el crecimiento de Colombia.

El Grupo Bancolombia ha elevado el crecimiento esperado de EE.UU y de América Latina, e igual lo ha hecho la firma RGE de Nuriel Rubini. Aunque se espera que China ralentice su fase de expansión económica, es claro que la recuperación global se consolida y las expectativas en los precios de las materias primas se elevan.

El continente despierta en año nuevo preparándose para bajas tasas de interés internacionales, un creciente atractivo para los inversionistas y unos términos de intercambio más altos por los precios de las materias primas.

Me preocupa que uno de los objetivos de la compra de dólares por el Banco de la República, de lograr una depreciación del peso frente a otras monedas, esté por perderse. ¡Sobre todo frente a otras monedas de la región! Las medidas anunciadas en Brasil y Chile suponen una apreciación del peso colombiano.

¿Qué se puede hacer? Muy poco. La ola invernal ha exigido un fuerte compromiso de gasto e inversión pública. Además, el país enfrenta la necesidad de colocar un monto de $18 billones en TES, cifra elevada para financiar su déficit fiscal, al tiempo que adquiere compromisos de deuda externa con entes multilaterales para auxiliar las primeras fases de la ayuda humanitaria.

El Gobierno no sólo será oferente de dólares, también tendrá poco espacio para ayudar a esterilizar las compras de dólares del BR después de marzo. Colombia gozó en 2010 de una baja inflación, lo cual le dio el espacio para recortar sus tasas de interés de 3,5% a 3%. Durante 2010, si bien el peso llegó a ser la moneda más apreciada de la región y del mundo, lo fue por su creciente estabilidad, y no porque sus tasas de interés fueran atractivas.

Sin embargo, el dato de inflación de diciembre señala que es probable que el BR se encuentre en una nueva encrucijada. En 2011 la variación anual de los precios al consumidor podría cerrar entre 3,3% y 3,6%, lo cual en principio no es problemático, pues la inflación sin alimentos sería de apenas 3% en promedio durante el año y la inflación excluyendo alimentos y regulados se ubicaría en 2,4%. Es decir, que las presiones al alza serían ejercidas por los alimentos y los regulados, cuyos incrementos promedio cercanos al 5,7% y 5,3%, respectivamente, explicarían la mayor parte del repunte de la inflación en 2011. La encrucijada del BR vendría de que la tasa real sería negativa, en el 2T cuando podría ser de -1%. ¿Se adelantaría el ciclo alcista de tasas de interés del BR? Es probable. El «¿Qué hacer?» será un debate profundo al interior de la Junta del BR.

Lo que NO podría hacer la autoridad monetaria sería mantener tasas tan negativas al tiempo que expande la base monetaria o continuar comprando dólares como propuso por 6 meses en septiembre. La información apunta a que cuando el programa de compras termine, el 15 de marzo, el espacio fiscal y monetario será restringido. Por ende, las apuestas y las expectativas de apreciación del peso estarán más fuertes, no sólo frente al dólar, sino también frente al real brasilero, el peso chileno y el sol peruano.

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El 2011 comenzó retador: he aquí las claves de lo que está en juego

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