El don de gentes puede ayudarlo a avanzar en su carrera

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Tras trabajar por cinco años como director regional en una importante aseguradora de salud en Oakland, California, Daniel Eddleman se sintió listo para ascender en el escalafón. Para ello encontró un mentor dentro de la empresa que coincidió en que el desempeño y liderazgo de Eddleman merecían un ascenso.

Pero tendría que concentrarse en unas cuantas habilidades sociales o soft skills para conseguir el puesto. «Puede ser un entorno difícil para que te tengan en cuenta, debido a que es una organización muy grande», expresa Eddleman, quien se puso en contacto con un asesor de carrera que le ayudó a identificar y trabajar en tres áreas débiles: incluyendo su habilidad de autoevaluación, control emocional y presumir.

«Me di cuenta de que a veces puedo parecer demasiado dominante. Aprendí a dejar que el momento pase para tener el espacio y tomar una decisión tranquila. También aprendí a reconocer mis propios logros ante las personas indicadas incluyéndolos en conversaciones, algo con lo que nunca me he sentido cómodo», señala Eddleman, que terminó consiguiendo un puesto de vicepresidente.

La mayoría de la gente es pésima a la hora de autoevaluarse, una habilidad fundamental requerida para tener éxito, apunta Peggy Klaus, una asesora de ejecutivos basada en California, y la autora de Brag! The Art of Tooting Your Own Horn Without Blowing It (Algo así como «¡Presuma! El arte de echarse flores a uno mismo sin arruinar todo»).

«No es fácil girar el espejo hacia uno mismo y ser absolutamente honesto», señala. «Y es duro para otras personas dar opiniones difíciles. Pero uno debe fomentar una retroalimentación honesta con terceros… que le pueden dar una perspectiva más objetiva sobre la que pueda actuar».

Aunque las habilidades especializadas como los conocimientos de ventas y software pueden conseguirle un empleo, una mayor cantidad de empresas también está requiriendo habilidades sociales en sus aspirantes a empleo, según un estudio reciente de la consultora Millenial Branding, con sede en Boston.

En este contexto, las habilidades sociales se refieren a aptitudes y actitudes personales, como saber escuchar y comunicarse bien, que influyen sobre la forma en que las personas son percibidas en el trabajo e influyen también marcadamente en las relaciones laborales. Por fortuna, la mayoría de las habilidades sociales pueden modificarse o aprenderse a un ritmo propio con algo de retroalimentación de colegas.

A continuación, algunas habilidades cotidianas que pueden jugar un papel importante en determinar si alguien recibe un ascenso, es contratado o incluso despedido:

• Elabore dos listas para usar como guía de acción. Una de ellas debería enumerar lo que hace bien y la segunda debería identificar los puntos a mejorar que a otros les gustaría ver en usted, dice Gabriela Cora, una asesora de ejecutivos en Miami. «Uno debe estar abierto a esa retroalimentación y dispuesto a trabajar en esos puntos. Y no le pregunte sólo a las personas con las que se lleva bien. Pregúntele a un par de personas con las que siempre está compitiendo o personas con las que choca».

• Aprenda a controlar sus emociones y verá una rápida mejoría en sus relaciones actuales. Descubra qué cosas activan reacciones demasiado emocionales para que las pueda anticipar y así prevenir cualquier respuesta impulsiva o vergonzosa ante colegas o jefes. Las explosiones emocionales nunca son consideradas favorables en la mayoría de los lugares de trabajo, por lo que usted debería simplemente retirarse de una reunión o del trabajo si se siente emocionalmente abrumado.

• Conozca sus límites. Esto no solamente puede preservar su salud física y mental, sino también puede impedirle excederse y cometer errores que puedan dañar su carrera. Si sólo puede lidiar con cinco de siete tareas, por ejemplo, eso es algo sobre lo que debe hablar con su jefe, indica Klaus, que tenía un cliente que quedó enredado con dos empleos y terminó hospitalizado por el estrés y el exceso de trabajo.

«Su gerente podría no saber lo ocupado que usted está si sigue aceptando tareas adicionales sin preguntas», anota. «Necesita delinear muy concretamente lo que tiene en su lista, qué tanto más puede administrar y priorizar lo que se debe hacer».

La mayoría de la gente se siente incómoda con la autopromoción, pero el trabajo duro no siempre es notado sin un poco de ayuda. Hay muchos empleados mediocres que reciben ascensos porque son buenos para informar a sus jefes lo bueno que son en su trabajo, asevera Klaus. «Simplemente tiene que informar a otras personas quién es usted y qué ha logrado de una manera gentil y artísticamente hábil». Por ejemplo, no se limite a presumir, sino que cuente anécdotas que estructuren sus logros en un tipo de narrativa entretenida.