El «Internet de las cosas» está a la vuelta de la esquina, pero no todos están entusiasmados

Desde termómetros para carne monitoreados con un teléfono inteligente hasta collares para perros con Wi-Fi, aparatos y servicios en hogares y empresas se están conectando cada vez más a Internet, una tendencia esperada desde hace tiempo que está generando un aumento del optimismo en el sector tecnológico.

Empresas pequeñas y grandes están produciendo una cantidad de aparatos conectados a Internet, un tema central en momentos en que la Exposición de Electrónicos de Consumo (CES, por sus siglas en inglés) transcurre esta semana en Las Vegas.

Aparatos en el mercado o en desarrollo incluyen cerraduras inteligentes para las puertas, cepillos de dientes, relojes, asistentes para hacer ejercicio, detectores de humo, cámaras de vigilancia, hornos, juguetes y robots.

Pero la muy publicitada Internet para Aparatos sigue siendo mayormente una colección de posibilidades. Las ventas de los productos de esta nueva ola se ven amenazadas por una cantidad de barreras que podrían desacelerar la inversión, desde estándares de comunicación inalámbrica que no coindicen hasta debates sobre cuánta capacidad de procesamiento deberían tener los aparatos.

Scanadu desarrolla un aparato que registra varios signos vitales del usuario. Scanadu
Scanadu desarrolla un aparato que registra varios signos vitales del usuario. Scanadu
Algunos ejecutivos de la industria afirman que las preocupaciones sobre seguridad podrían ser aún más serias, sin un consenso sobre cómo explotar todos los datos que podrían ser generados por una marea de nuevos sensores y cámaras conectadas a Internet.

«Los grandes datos no son nada sin un gran criterio», afirma Joseph Bradley, director de lo que Cisco Systems Inc. llama supráctica de consultoría de «Internet de todo».

Sin embargo, los pesos pesados como General Electric Co., Intel Corp. y Qualcomm Inc. buscan posicionarse.

«Nunca vi que nuestra industria avanzara así de rápido, o creara tanto valor», afirma Marc Benioff, presidente ejecutivo de Salesforce.com Inc. «Es un momento muy mágico».

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Sproutling desarrolla un monitor de los signos vitales para bebé que funciona como un brazalete. Sproutling

Cisco estima que la cantidad de aparatos conectados a Internet aumentará desde 10.000 millones hoy a 50.000 millones para 2020, ya que las conexiones inalámbricas se extienden más allá de los teléfonos inteligentes y las PC hacia otro tipo de aparatos.

Gartner Inc. estima que la cantidad de aparatos conectados es menor a 30.000 millones, pero cree que habrá US$309.000 millones en ingresos extra para proveedores de productos y servicios para 2020 y que el impacto económico total será de US$1,9 billones (millones de millones) en ahorro de costos, mayor productividad y otros factores.

La visión de un mundo de aparatos inteligentes surgió incluso antes de la web. A.C. «Mike» Markkula, uno de los cofundadores de Apple Computer Inc., intercambió ideas a mediados de los años 80 sobre combinar funciones de redes y control de aparatos en un solo chip. Se preveía que esas «neuronas», como fueron llamadas, se extendieran ampliamente una vez que su costo bajara a alrededor de US$1. Pero la empresa que fundó, Echelon Corp., no cumplió con ese objetivo y ha tenido una historia irregular.

Los fabricantes de chips consiguieron reducir de forma constante el costo de agregar inteligencia a los aparatos de uso diario, a menos de US$5. Otro impulsor ha sido la proliferación de teléfonos inteligentes y tabletas, que pueden funcionar como controles remoto conectados a la web para aparatos en el hogar y el trabajo.

Los beneficios potenciales van desde lo irrelevante a lo profundo. Los consumidores, por ejemplo, ahora pueden usar los teléfonos inteligentes para revisar a distancia si cerraron las puertas, dejaron las luces encendidas o bajaron el termostato. Los minoristas pueden ayudar a los usuarios de teléfonos inteligentes a encontrar artículos en las tiendas, y ofrecer promociones de forma inalámbrica. Los parquímetros pueden comunicarse con los usuarios de teléfonos inteligentes.

También se están creando collares para perro con wifi. Whistle

Las oportunidades atrajeron a una cantidad de empresas nuevas, algunas de las cuales lograron recaudar una financiación significativa entre inversionistas de capital de riesgo. Otras acuden mayormente a sitios de financiación grupal como Kickstarter e Indiegogo, ya que los inversionistas temen por los costos potenciales de apoyar empresas nuevas de hardware y la posibilidad de que las empresas adapten sus productos existentes para dominar las oportunidades en la Internet de los aparatos.

Por eso, algunas empresas nuevas están desarrollando servicios para ayudar a administrar aparatos conectados, mientras las compañías establecidas están modificando sus modelos de negocios para explotar los datos que podrían generar.

Sin embargo, hasta ahora los productos para un hogar inteligente parecen estar atrayendo principalmente a los entusiastas de la tecnología. Sólo 1% a 2% de los consumidores estadounidenses encuestados por la firma Forrester Research a mediados de 2013 usaban cinco ofertas de automatización para el hogar. Alrededor de 28% de los encuestados indicaron que están interesados en controlar los electrodomésticos con un teléfono inteligente, pero 53% dijo que no.

Por otro lado, los datos generados por aparatos conectados podrían usarse de formas que no les gusta a los consumidores y crear problemas para las empresas. Algunos creen que una tecnología así de compleja puede reducir la confiablidad de los electrodomésticos y otros aparatos a la vez que elevan la probabilidad de errores informáticos o brechas de seguridad que podrían ser explotadas por hackers. Estas personas prefieren chips más simples llamados microcontroladores, que son más complicados de reprogramar.

«Quiero que mi nevera sea una cosa, no quiero que sea una computadora», dice Shane Dyer, presidente ejecutivo de Arrayent Inc., una startup que produce un servicio web para gestionar aparatos con microcontroladores.

Vídeo: Internet de las cosas

Fuente:

El «Internet de las cosas» está a la vuelta de la esquina, pero no todos están entusiasmados

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