El mercado ya le dio a Colombia grado de inversión

Desde el final de agosto la deuda colombiana tiene una prima de riesgo similar a la de un país con grado de inversión. Desde el punto de vista del mercado, el país ya consiguió ese grado. Solo falta que las calificadoras lo validen. Opinión de Juan Eduardo Zuluaga.

Para cualquier emisor regular de deuda, mantener un buen rating de crédito es uno de los objetivos fundamentales de la administración financiera ya que de éste depende en gran medida el costo de fondos y la facilidad de obtener recursos en el mercado de capitales. Esta afirmación se torna más crítica en el caso de los gobiernos soberanos que, en su gran mayoría, se mantienen permanentemente activos en los mercados de deuda.

Aunque dentro de las calificaciones existen muchos niveles de riesgo, hay un punto donde el nivel de la calificación implica una diferenciación muy importante de precio; lo que es comúnmente conocido como “investment grade”. Para dar un ejemplo, la diferencia promedio que existe actualmente en el mercado entre el costo de deuda para un bono BBB y uno BB es de 215 puntos básicos, lo que implica un sobrecosto considerable para los emisores de deuda especulativa. La distinción que existe entre BBB y BB es crítica para los inversores ya que muchos inversionistas institucionales no pueden tener en su portafolio papeles que tengan una calificación de riesgo inferior a BBB. En el caso de Colombia las calificaciones de riesgo soberano se encuentran en promedio un grado por debajo de categoría de inversión, es decir en BB+ (Ba1) con perspectiva positiva.  

 Lo que está sucediendo en este momento en el mercado es que hay una discrepancia entre lo que el mercado percibe como riesgo país y las calificaciones de riesgo emitidas por las calificadoras. Uno de los movimientos más interesantes es el cambio de percepción entre el riesgo de los países de América Latina y los países del sur de Europa, como se puede observar en la siguiente gráfica que compara la evolución del costo en puntos básicos en el último año de asegurar la deuda soberana de Brasil y España por un periodo de cinco años.

En esta gráfica se puede apreciar como la prima de riesgo país de Brasil se ha mantenido relativamente estable en comparación a la prima de riesgo española que, no obstante contar con una calificación de riesgo mejor, se ha disparado como consecuencia de la percepción de riesgo de los mercados acerca de los desbalances macroeconómicos del país ibérico.  

En el caso de Colombia, es muy interesante notar cómo a pesar de que la calificación de riesgo del país sigue siendo especulativa, el mercado empezó a cobrar, después de la posesión del nuevo gobierno, una prima de riesgo similar a la que cobra a países como Brasil que tienen calificaciones de riesgo de inversión. 

Aunque la teoría y la experiencia empírica indican que existe una correlación entre el nivel de calificación y la prima de riesgo que demanda el mercado, en el corto plazo no se presenta dicha analogía. La diferencia entre el nivel de calificación y la prima de riesgo se puede explicar entre otras razones porque los mercados incorporan todas las expectativas de forma rápida en el precio, anticipándose en muchas oportunidades al dictamen de las agencias calificadoras de riesgo. Por ese motivo, hoy podríamos concluir que, desde el punto de vista del mercado, Colombia tiene grado de inversión y, desde el punto de vista de las calificadoras, estamos bastante cerca.
 
Desafortunadamente para los países del sur de Europa su situación es la opuesta.

Esperemos que el dictamen del mercado sea un augurio de lo que está por venir en materia de calificación de riesgo para Colombia.

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