Dave Turner atrapó al bicho emprendedor cuando iba en la universidad. Después de rechazar una carta de aceptación para la escuela de leyes, decidió enfocarse en los negocios, recibiendo un título de MBA de la Universidad de Brigham en Utah. Después de su graduación, saltó directamente a la industria de la tecnología de trabajo en entornos corporativos. Esta experiencia lo ayudó a obtener experiencia y los recursos para aventurarse solo. Y GroupLink nació.
La empresa es un servicio de asistencia y software CRM que ha ayudado a más de 4 mil compañías alrededor del mundo. Entre los clientes están la Universidad de Oxford y Georgetown así como el gobierno de Nueva York y Nueva Jersey. GroupLink ha crecido mucho y sin tener deudas, experimentando más de un 60 por ciento de crecimiento cada año. Pero todo este éxito no quiere decir que Turner no ha tenido ciertos errores.
Recientemente me lo encontré y tuve la oportunidad de preguntarle sobre los retos que la empresa ha enfrentado y lo que aprendió.
Su mayor error: Cuando a la empresa comenzó a irle bien, Turner pensó que beneficiaría a su startup contratar ejecutivos para ayudarlo a guiar la compañía a la siguiente fase de crecimiento. Buscó a las personas que tenían la fama de conseguir el éxito en lugares donde habían estado previamente. Para encontrarlas y subirlas a bordo utilizó los CVs como una herramienta de investigación de antecedentes.
Desafortunadamente no puso atención para que encajaran en la cultura empresarial. Tampoco los cuestionó respecto a sus metas a largo plazo y valores. Debido a estos descuidos, muchos ejecutivos no se adaptaron de forma ideal y creó un poco de fricción entre los empleados ya existentes y las nuevas contrataciones. En realidad amenazó en hacer un gran daño a la empresa que construyó.
Lo que aprendió: Turner aprendió que no puede forzar un cambio cultural en su empresa de la noche a la mañana. Cualquier cambio que afecte a la cultura de la empresa necesita ser bien pensado y debe ser establecido como una estrategia de juego. Contratar a alguien nuevo y esperar que encaje bien y que forme una nueva cultura es una tontería. Pensar que una persona puede cambiar la dirección de la empresa no es un enfoque producente.
Turner también aprendió que un currículum no te dice cómo es una persona. No te da sus ideas, su disposición para trabajar en equipo, sus habilidades para el pensamiento crítico o la cultura que ayudaron a construir.
Consejo para los emprendedores: Turner sugiere que tengan paciencia al contratar. Ahora sabe que una buena contratación no sólo tiene que ver con los ingresos, sino con la cultura empresarial.
Dicho eso, contratar a gente que no comparta tus mismos pensamientos no es tan malo. Traen un arranque desenfrenado con ellos y pueden ser disruptores de manera positiva. También pueden crear algunos de los mejores resultados cuando las energías están bien enfocadas.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/