De la mano de José Alberto Vélez, Argos está teniendo una profunda transformación. Además de ser un importante jugador mundial del sector de cemento y concreto, ahora también está pisando fuerte en energía. Su fama trasciende fronteras.
El próximo mes de agosto se espera la aprobación, por parte de las autoridades estadounidenses, de lo que ha sido la mayor compra de una empresa colombiana en el exterior: la adquisición por parte de Argos de varios activos de la firma Lafarge. No se trata de cualquier friolera: dos plantas de cemento, una molienda de clínker, 79 plantas de concreto, 5 terminales férreos y un terminal marítimo, todo ello en el sureste de los Estados Unidos, por un total de US$760 millones.
Esta es la última movida de Argos, uno de los conglomerados más importantes del país, que ha venido creciendo producto de su diversificación y visión de negocios, que le ha permitido llegar a países como Estados Unidos, Panamá y República Dominicana, entre otros, y ser uno de los jugadores más fuertes en concreto y cemento de la región. Si bien su nombre se relaciona solo con estos productos, también ha puesto un pie en sectores estratégicos, como el eléctrico, donde participa con cerca de 50% de Colinversiones, una de las principales generadoras de energía del país; y tiene participación en otros negocios del Grupo Empresarial Antioqueño, como Suramericana, Nutresa y Bancolombia, con un portafolio de inversiones que asciende a $12,6 billones.
“Hoy, se cuenta con tres compañías (Inversiones Argos, Cementos Argos y Colinversiones), con focos claros de inversión y desarrollo, que se diferencian unas de otras, pero que se complementan entre sí”, explica José Alberto Vélez, presidente de Inversiones Argos y Cementos Argos, quien ha sido el alma y nervio de este crecimiento y transformación. Es considerado uno de los más respetados y destacados ejecutivos del país y una de las cabezas del Grupo Empresarial Antioqueño.
Mientras el control de marcas emblemáticas nacionales como Terpel, Bavaria, Éxito y Avianca han pasado en los últimos años a manos de reconocidos jugadores internaciones, Argos se ha venido consolidando como una de las empresas privadas de capital colombiano más grandes del país: el año pasado, Inversiones Argos registró ingresos por $5,4 billones, con activos por más de $24 billones.
La experiencia y conocimiento de José Alberto Vélez ya ha superado las fronteras y es reconocido a nivel internacional: Arcos Dorados, el franquiciado más grande de McDonald’s en el mundo, lo anunció como miembro independiente de su junta directiva.
El protagonista del cambio
Vélez, antes de incorporarse al Grupo Empresarial Antioqueño, fue profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, concejal de Medellín y asistente del entonces gobernador de Antioquia, Nicanor Restrepo. En 1983 ingresó a Suramericana de Seguros donde ocupó diferentes cargos hasta llegar a la presidencia de Inversura y de Suramericana de Seguros.
Una de sus mayores aficiones es la equitación, pasión que, parece, ha logrado trasladar a los negocios, pues ha llevado con éxito las riendas de Argos.
En 2003, su llegada le dio un nuevo norte a la compañía. Para esa época, Inversiones Argos era una matriz de inversiones en varias compañías cementeras nacionales. Esto, además de la complejidad administrativa implícita por contar con ocho compañías, cada una con un equipo directivo independiente, limitaba el crecimiento, pues la única forma de desarrollarse era invirtiendo en otros negocios o expandiéndose fuera del país.
“Al fusionar en 2005 todas nuestras cementeras en Colombia, conformando Cementos Argos, se lograron grandes eficiencias. Sin embargo, la limitante del crecimiento seguía presente y nuestros resultados, tanto de como de Inversiones Argos -al representar Cementos cerca de 80% de su portafolio de inversiones- dependían del ciclo económico colombiano y más específicamente del comportamiento de la construcción», explica Vélez.
Bajo este escenario, la compañía se encaminó hacia dos estrategias. La primera, diversificar geográficamente la inversión cementera. Hoy está presente en Centroamérica, El Caribe y Estados Unidos. Es el quinto productor de cemento de Latinoamérica y el segundo más grande del sureste de los Estados Unidos y el cuarto productor de concreto en ese mercado.
Y, la segunda, encontrar nuevos negocios en los cuales Inversiones Argos pudiera participar. Así se dio su entrada al negocio de energía por medio de la compra de una participación mayoritaria en Colinversiones. Esta empresa ha sido protagonista del sector eléctrico en los últimos tiempos. A principios de 2010, compró la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa), uno de los negocios más grandes del país en su historia reciente: $2,1 billones, en una adquisición a Gas Natural Fenosa.
Las ventajas de la transformación
Sin duda, Vélez transformó a Argos. La diversificación geográfica le ayudó a compensar los ingresos y, además, le dio valor a la marca en un mercado de commodities para competir contra jugadores internacionales de la talla de Cemex y Holcim.
La estrategia de diversificación geográfica con presencia en mercados que tienen ciclos económicos diferentes ha funcionado. «En 2005 y 2006, cuando en Colombia atravesábamos una difícil coyuntura de precios de nuestros productos, los resultados de la compañía no se vieron afectados gracias a los altos rendimientos de las inversiones en los Estados Unidos. En 2009 y 2010, cuando ha sido el mercado norteamericano el afectado, el buen desempeño de la economía colombiana es el que ha compensado y dado equilibrio al resultado general», advierte Vélez.
¿Cómo van los negocios? A juicio de Vélez, avanzan de manera muy positiva. «En Colombia hemos alcanzado cifras récord de ventas en volumen de cemento y concreto. En el Caribe y Centroamérica, la participación en las grandes obras de infraestructura -como la ampliación del Canal de Panamá- y la introducción de nuevos productos en nuestro portafolio de cementos, nos han permitido tener importantes crecimientos. En los Estados Unidos, si bien los resultados siguen siendo el reflejo de un sector de la construcción todavía afectado, se empiezan a percibir síntomas de recuperación», señala.
Además, Argos sigue avanzando en el desarrollo de proyectos de urbanismo. Según Vélez, no es un negocio nuevo para la compañía, pues desde hace varios años trabaja en ellos. «Estos proyectos se han venido desarrollando, especialmente en la Costa Atlántica, en terrenos que han pertenecido a la compañía». En Barranquilla, por ejemplo, se han urbanizado más de 250 hectáreas y se tienen planes para urbanizar otras 700. Bajo este modelo, Argos no construye, adecúa los terrenos urbanísticamente para que los constructores hagan su tarea.
Lo que viene
Dentro de sus planes espera que el proceso, que él mismo califica como «difícil y traumático», de la expropiación de la planta en Venezuela se solucione gracias a las gestiones que adelanta la Cancillería.
Además, mantiene la búsqueda de recursos que les permitan a las compañías crecer y expandirse. «Por lo tanto, iniciativas como la emisión de bonos, la emisión de acciones y el acceso a préstamos, tanto en el mercado nacional como internacional, siempre están en nuestra mira», agrega Vélez.
En torno a su expansión internacional, «Asia no se encuentra dentro de nuestro panorama de corto y mediano plazo -dice Vélez-. La compañía ha definido que la región en donde se quiere posicionar, por las eficiencias logísticas que puede desarrollar, es el norte de Suramérica, el Caribe, Centroamérica y el sur de los Estados Unidos».
Por lo pronto, se prepara para la recepción e integración de los activos que acaban de adquirir en Estados Unidos y de la incorporación de 800 nuevos trabajadores que entrarán a formar parte de Argos en este proceso.
¿Qué pasará con su futuro? «Lo veo al frente de Argos. Aún tengo mucho por hacer acá; la integración de nuestras nuevas adquisiciones y la consolidación de la estrategia aún tienen espacio para profundizar», concluye Vélez.
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