Emisiones de acciones, un negocio a analizar

La emisión de acciones iniciada de manera masiva en 2007 con la llegada de Ecopetrol al mercado colombiano, comenzaron a cambiar la perspectiva existente en aquella época donde se consideraba que este negocio era únicamente para personas de altos ingresos.

La llegada de la petrolera ha servido para masificar un negocio que es de carácter público y en el que todas las personas tenemos derecho a participar.

La Bolsa de Valores y la negociación de acciones particularmente es una actividad que viene creciendo en Colombia, pues desde 2001 cuando nació el Igbc, en una jornada de negociación se transaban en promedio montos cercanos a los $3.000 millones y hoy se transan montos cercanos a $150.000 millones, lo cual refleja un mercado que ha crecido mas de 50 veces su tamaño y del cual se espera que siga creciendo.

En 2007 aparecieron las acciones de Ecopetrol y Banco de Crédito con una rentabilidad de 192% y de 4% respectivamente hasta finales de 2010. Ese año llegó Davivienda al mercado a un precio de $16.000 lográndose colocar un 43% de rentabilidad hasta finales de 2010, cuando se sumó Conconcreto a $1 .315 generando una rentabilidad de 28%.

Con una tasa de éxito de 100% sumado a unos mercados que avanzaban favorablemente recuperando se comenzaba a creer que la bolsa y particularmente las emisiones eran un negocio ‘ fácil’. De esta forma comenzaron a llegar nuevas emisiones al mercado y fue como en 2011 llegó Avianca a un precio de $5.000, y acciones Preferenciales del Grupo Aval a $1.300. Estas emisiones llegaban acompañadas de gran publicidad en los medios y recomendaciones de compra de las firmas de bolsa. Seguía siendo una constante ver que todas las emisiones eran sobre demandadas y la señal que se enviaba a las empresas era la de un mercado dispuesto a comprar emisiones.

Luego apareció Nutresa a $20.900, Exito a $21.900, Ecopetrol a $3.700, Sura, que con acciones preferenciales a $32.500 y asegurando un dividendo preferencial del 3% durante 3 años sobre el precio de suscripción se sumaron en 2011 a la fiesta de las emisiones de acciones. Pero 2011 fue un año bastante complejo, donde el Igbc retrocedió 18,27% y donde los nuevos inversionistas sentían cada vez mas frustraciones sobre las emisiones, pues en 2011 solo 2 emisiones de 6 significaron resultados positivos.

En enero de 2012 una nueva emisión de Acciones Preferenciales de Bancolombia la cual venía a un precio de $26.000; en abril apareció El Cóndor con un precio por acción de $1.415 y Carvajal en mayo a $5.300. Para comprender lo ocurrido con las emisiones, veamos el resultado en términos de rentabilidad desde su debut hasta el cierre del mercado del martes 26 de junio de 2012.

De las 13 emisiones descritas 6 muestran a hoy variaciones positivas y su ranking se ordenaría de la siguiente manera:

 

1) Ecopetrol I 250%

2) Ecopetrol II + 33%

3) Davivienda +29%

4) Exito +29%

5) Banco de Crédito +8%

6) Pf Bancolombia +3%.

Por su parte el ranking de las emisiones de peor comportamiento es así:

1) Avianca -27%

2) Condor – 22%

3) Carvajal -11%

4) Pf Aval -11%

5) Conconcreto -9%

6) Pf Sura -2%

7) Nutresa -1%.

 

Esto nos lleva a concluir que el margen de éxito ha sido de las emisiones ha sido de 46%, un porcentaje muy bajo y más que dicha probabilidad, la lección por aprender es que una emisión no se compra por la publicidad o por la imagen de la empresa, pues el precio de la emisión muchas veces no está en línea con la imagen que tiene una compañía y los mejores consejos para los inversionistas son:

1) Evaluar financieramente la situación actual de la empresa y cual ha sido el comportamiento del pasado reciente de sus cifras.

2) Conocer los planes de negocios de la empresa y tener claridad sobre la utilización de los recursos de la emisión.

3) Evaluar si el precio al cual se realizará dicha emisión tiene rezago fundamental frente a empresas del mismo sector.

4) Identificar el momento económico global en el cual llega la emisión, pues se pueden encontrar buenas emisiones en ciclos desfavorables.

5) No operar por lo que digan en cualquier medio de comunicación, pues al final la responsabilidad de los recursos es de cada persona y no se debe responsabilizar a nadie diferente que a si mismo del éxito o fracaso de sus inversiones.

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