Los ETFs (Exchange-Traded Funds), representan una importante categoría dentro del abanico de productos financieros que aportan al desarrollo y sofisticación del mercado de capitales en términos de liquidez, profundidad y profesionalismo.
Los ETFs han experimentado un crecimiento explosivo desde su creación en los 90s, y a mayo de 2011 concentraban cerca de USD1.5 trillones en activos a nivel global. Inicialmente, fueron usados por traders profesionales pero con el tiempo se han convertido en vehículos de inversión usados por todo tipo de inversionista. Su atractivo se basa en que permiten tener exposición eficiente a activos tradicionales como los commoditties, divisas, deuda o equity.
Recién inicié mi carrera de analista en Nueva York, le oí decir a mi jefe que la descripción más acertada de un ETF era la de un «matrimonio feliz» entre una acción y un mutual fund. Tal y como ocurre en un mutual fund, cuando se compra un ETF, efectivamente se compra una canasta de activos representativa de un índice/portafolio, con la ventaja de hacerlo en una única transacción. Por otro lado, tal y como ocurre con una acción, el ETF puede adquirirse a través de una comisionista, cuenta con valoraciones casi inmediatas lo que abre espacios para que existan descuentos/primas sobre su respectivo NAV (arbitraje), y cuenta con sus mismos elementos de negociación: órdenes límite y órdenes stop que facilitan la estrategia de salida del inversionista durante la jornada bursátil.
Las principales ventajas de los ETFs frente a los mutual funds son: precio diario/continuo frente a la valoración al final del día de los mutual funds; transparencia, se conoce su composición en todo momento; ventas en corto, lo que ocurrirá en Colombia con el desarrollo de las TTVs; impulsa el préstamo de valores, pues las unidades de participación y activos subyacentes pueden ser prestados para dismnuir el tracking error; facilitan el apalancamiento; ofrecen diversificación instantánea; y cuentan con una estructura de costos eficiente. Es fácil ver entonces por qué mi ex jefe los llamaba el «matrimonio feliz», aunque a mi juicio debió haberlos llamado los «recién casados», pues combinan los beneficios de un mutual fund con los de una acción (sin perder su esencia y resaltando lo mejor de cada uno!), convirtiéndose en una atractiva mezcla entre flexibilidad, pragmatismo, reducción en costos, diversidad y retorno potencial.
Próximamente entrará al mercado el primer ETF local que replicará uno de los índices más usados como benchmark en renta variable nacional. Conociendo las virtudes de este producto y su popularidad entre los fondos de pensiones nacionales, que al cierre de 1T11 contaban con más de USD2.5 billones en activos en ETFs (internacionales), se puede augurar con seguridad su éxito rotundo.
Adicionalmente, la ganancia en términos de sofisticación y profesionalismo que los ETFs agregarán al mercado es incalculable pues en la medida en que facilitarán alcanzar el beta, aumentarán las expectativas de generación de alpha, permitiendo a los administradores de portafolio centrar sus esfuerzos en «ganarle al mercado». El objetivo de un administrador de portafolio consiste en maximizar el retorno en exceso de un determinado benchmark. En la administración activa de un portafolio se destacan dos tipos de retorno: el atribuible a la simple exposición al mercado que se conoce como beta, mientras que el retorno proveniente exclusivamente de la habilidad/talento de selección de inversión del administrador del portafolio se denomina alpha. El beta pasivo consiste en replicar los retornos de un determinado benchmark, y el beta activo se basa en el timing del mercado (sobreexposición/subexposición dependiendo de la tendencia).
Así, un ETF se perfila como la forma más eficiente de obtener el beta. Por su parte, el alpha demanda un trabajo más riguroso, pues consiste en la cuidadosa selección de activos dentro de una determinada clase/categoría como lo son las acciones. Por lo tanto, con el ETF, un hábil administrador de portafolio podrá tener fácilmente un beta de 1.0 relativo a su benchmark y el valor agregado dependerá exclusivamente de su capacidad para ejecutar una acertada estrategia de stock picking. Eventualmente, las ventajas del ETF se transferirán a los inversionistas, que podrán esperar retornos superiores de portafolios administrados con un mayor grado de sofisticación y profesionalismo a menores costos. En este sentido, Corredores Asociados jugará un papel clave como Participante Autorizado del nuevo ETF, aportando su granito de arena en el desarrollo exitoso del producto y del mercado de capitales nacional.
Fuente: