Hacer balance

“Creo que ser exitoso es tener un balance de historias exitosas en muchas áreas de tu vida. No puedes ser exitoso en tus negocios si tu vida personal es una vergüenza.” Zig Ziglar.

Muchos evaluamos las metas propuestas para el año. Algunas de ellas se han cumplido a satisfacción, otras no. Pero no es para sentir pesar ni frustración, es un ejercicio necesario en el proceso de crecimiento en los diferentes ámbitos de nuestra vida. En cada uno de los cuatro planos: personal, familiar, social y humanístico. Todo lo que queremos comienza de nada. De una simple idea o pensamiento, de un deseo. Empieza a tomar forma en la medida en que le damos importancia y prioridad. Se va gestando como una semilla cuando comienza a germinar, poco a poco.

Las metas financieras son de gran importancia para cada una de las personas. Creo que la mayoría hace un año nos fijamos muchas. Aumentar nuestros ingresos, ahorrar, invertir, generar excedentes y quizá la mas importante, pero a la vez la mas descuidada: “dar más y compartir más”. Desear una mejor calidad de vida, un mejor ingreso por nuestro trabajo, un mejor cargo o empleo, generar ingresos adicionales, son deseos nobles y posibles de lograr. No es exclusivo para alguien, ni esta prohibido a nadie. Es el sueño de la mayoría de seres humanos: soñar con estar cada vez mejor.

Pero lograrlo no es un trabajo fácil. Más cuando de dinero se trata, las necesidades, obligaciones, las presiones consumistas, hacen que muchas metas no sean más que simples sueños. El dinero que se obtiene, se va tan rápido como llega. Es importante tener unhorizonte claro y un para qué. Administrar eficientemente los recursos monetarios requiere disciplina e inteligencia. Muchas veces, debemos resistirnos a los impulsos o deseos de “gastar”, sin una necesidad real.

Una técnica sencilla es programar o proyectar nuestro balance, nuestros ingresos y gastos para el siguiente año. Detallar a 31 de diciembre del año anterior a conciencia que bienes tenemos, que tipo de deudas, créditos, obligaciones. La diferencia entre lo que tenemos y lo que debemos es nuestro patrimonio, nuestra riqueza en dinero. ¿Si vendiéramos todo, nos alcanzaría para pagar las deudas?.

Así lo hacen las empresas serias. Tienen una gran responsabilidad con los accionistas, autoridades regulatorias, proveedores, clientes, empleados. Se visualizan en cómo se verán el siguiente año. No lo dejan al azar o a la suerte. Son visionarios. Tienen una ruta, un mapa, un plan. Lo usan como estrategia de sostenibilidad. Saben que si no lo hacen, otros lo harán por ellos. Deben estar alerta y activos para vivir en un mundo de alta competencia.

Estos temas financieros sencillos, se nos enseñó muchas veces a aplicarlos en el campo de las corporaciones, y casi nunca en nuestra vida personal o familiar. Resulta que cada ser humano es como una empresa. Posee bienes, adquiere obligaciones, genera ingresos y gastos, paga impuestos, tiene ganancias o pérdidas, etc. No es nada diferente. Entonces: ¿Por qué no aplicar esas estrategias empresariales en nosotros? Sería gran utilidad. Crearía un habito sano y responsable. No nos dejaría ser actores pasivos. Esos que piensan: “a mi no me importa, no me aplica”.

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Hacer balance

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