¿Dónde comienza el software y termina el hardware? La respuesta es que no importa.
Con la compra de Motorola Mobility por parte de Google Inc. por US$12.500 millones y la adquisición del negocio de teléfonos de Nokia Corp. por parte de Microsoft por US$7.000 millones, somos parte de un mundo verdaderamente convergente, donde las distinciones entre forma y función se evaporaron. El software es el hardware. El hardware es el software. Todo es todo.
BlackBerry lo intentó, aunque nunca a esta escala. Sólo dos verdaderos «ecosistemas» móviles florecieron: iOS, de Apple Inc., y Android, de Google. Somos testigos del colapso y reordenamiento de lo que queda, con Nokia, Microsoft, HTC y BlackBerry a la cabeza.
¿Qué pasa ahora? A continuación, cinco temas a considerar.
1. La escala importa más que nunca
Los ecosistemas móviles son los enormes proyectos industriales de nuestra era, al requerir ingeniería, programación, evangelización y marketing sincronizados. Apple ha sido el más hábil en esta tarea, pero Google no se quedó atrás, con un enfoque distinto al conceder licencias para su sistema Android.
La escala de distribución obviamente permite que estos costos sean amortizados en decenas o cientos de millones de unidades. Por eso los márgenes netos de BlackBerry fueron negativos tras el lanzamiento de su nuevo teléfono, mientras que los de Apple apenas cambiaron.
Pero lo que hace falta ahora es otra clase de escala, una escala de destrezas. Esto significa que cada empresa intenta mejorar en otra parte del negocio. Google apostó a Motorola para mejorar en hardware. Samsung resultó ser habilidoso y prolífico para las ventas, pero aún carece de una plataforma de software propia. Apple debe renovar una plataforma de software y servicios que se estancó. La compra de Nokia por parte de Microsoft es única porque ninguna de las dos ha tenido éxito con el hardware ni el software.
2. El próximo combate entre Google y Samsung
Todos esos factores nos traen al meollo del mercado de los smartphones: la relación entre Google y Samsung. Ahora están en paz, ya que ambas contribuyeron a forjar una impresionante participación de mercado mundial de Android de 79%. Se necesitan, por el momento.
¿Pero por cuánto tiempo? Samsung intenta crear su propio sistema operativo con Intel, llamado Tizen, pero no termina de desarrollarse.
La compra de Motorola por parte de Google al menos le da cierto grado de independencia si Samsung rompe la alianza en los próximos años. Por ahora, sin embargo, Samsung no tiene una alternativa.
3. La competencia proviene de la periferia oriental, no de Occidente
BlackBerry, Nokia y HTC. Hace sólo tres años, todos eran actores legítimos con bases de clientes devotos, y cada uno desafiaba los ecosistemas de Apple y Android.
Probablemente sea mejor dejar de lado estos nombres al evaluar el futuro de la competencia. BlackBerry está dispuesta a venderse por partes. HTC tiene problemas financieros y sus ventas cayeron 22% en 12 meses.
En cambio, piense en los siguientes nombres: Huawei Technologies Co., Lenovo Group Ltd., ZTE Corp. y China Wireless Technologies Ltd. Estas empresas son importantes principalmente porque están donde se encuentran los nuevos compradores de teléfonos inteligentes: China.
A pesar del enorme crecimiento, actualmente menos de la mitad de la población que usa teléfonos en ese país accede a Internet.
4. Los desarrolladores pierden influencia
A no ser que Microsoft pueda desarrollar una verdadera alternativa a Apple y Android, los desarrolladores de software seguirán perdiendo peso en el mercado. En general, cada uno de ellos no tendrá más opción que comprometerse con las dos plataformas en ascenso.
5. El ganador es la red
En momentos en que estos ecosistemas se vuelven más avanzados, la oportunidad de brindar más servicios de datos se vuelve igual de atractiva. Asimismo, las barreras de entrada para construir redes inalámbricas siguen siendo muy altas.
Fuente:
¿Hardware y software? Las nuevas reglas de juego de la telefonía móvil