Invertir sin saber, sale muy caro

Invertir sin saber, sale muy caro

Hace algún tiempo conocí a un hombre de unos 60 años invirtiendo en el mercado de capitales. Básicamente, estaba buscando generar rentabilidad a sus ahorros derivados de una mesada pensional y un bono de jubilación.

Hasta ahí, era la historia de un inversionista que acudía por primera vez al mercado de capitales con un objetivo financiero y motivado por la experiencia positiva de algunos amigos suyos en la “bolsa de valores”.

La sorpresa estuvo cuando me contó que estaba especulando en el mercado de divisas con una cuenta apalancada. Sus ahorros eran cercanos a USD 50.000 y los había puesto como garantía en un bróker internacional para realizar operaciones en divisas por USD 500.000. Las transacciones las realizaba a través de una plataforma en internet.

Este tipo de operaciones apalancadas permiten maximizar las ganancias pero también se asume un riesgo alto de mayores pérdidas.

Es bueno que un pensionado acuda al mercado de capitales que le brinda múltiples alternativas y productos para alcanzar sus metas financieras y también es bueno que existan productos de apalancamiento para estructurar estrategias de inversiones agresivas y más sofisticadas. Lo que no estaba bien es la mezcla de ambos, es decir, que el capital de unas pensiones estuviera asumiendo riesgos tan elevados en el mercado.

El primer objetivo de un inversionista a los 60 años debe ser la protección de su capital. Un joven a los 25 años podría recuperarse de una significativa pérdida financiera dado que tiene muchos años de vida productiva y en esa medida podrá asumir mayores riesgos a los de un pensionado.

Para el momento que conocí al protagonista de esta historia había perdido cerca del 50% de su inversión en cerca de tres meses y en operaciones sobre euros. Además de la pérdida financiera estaba también el impacto de ella sobre su salud y su estado de ánimo.

¿Dónde estuvo el problema? Básicamente en la falta de educación financiera y de una asesoría adecuada.  Y lo segundo también tiene que ver con educación. Es decir, el inversionista pensionado necesitaba aprender que existen asesores financieros capacitados para informarle sobre los riesgos a que estaba expuesto.

El protagonista de esta historia acababa de pagar USD 25.000 para aprender que una cuenta apalancada en divisas no era el producto financiero adecuado a su perfil de riesgo. Invertir sin saber, sale muy caro.

Image cortesia de imagerymajestic / FreeDigitalPhotos.net

Edward-Neira Nombre
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